14 de Mayo de 2024

Antecedentes de expulsiones 

AGENCIA

Una vez que se dio a conocer que la Comisión Disciplinaria analizará la apelación de la Comisión de Árbitros a las sanciones de Pablo Aguilar y Enrique Triverio, los antecedentes no son nada alentadores para ambos jugadores, ya que los castigos regularmente han sido más importantes que los 10 y ocho partidos que ya habían recibido.

El caso más recordado es el del argentino Cristian Zermatten, quien, en 1998 al término del juego entre Pumas y Chivas, le propinó un cabezazo al exárbitro Felipe Ramos Rizo. Esa agresión le costó un año de suspensión, su salida del Club Universidad y nunca volver a jugar en el futbol mexicano.

En la ya lejana década de los ochentas, Miguel Marín, entonces director técnico de Cruz Azul, perdió los estribos ante el árbitro Jesús Mercado. Al reclamarle, el Gato se excedió y le dio un golpe con la cabeza al colegiado. Esa agresión, también le mereció un año de suspensión a Marín.

Rubens Sambueza, de quien ya es conocido su historial de indisciplina, protagonizó un caso similar en 2010. En un partido amistoso entre Estudiantes Tecos y Atlas, Se calentó con el árbitro Rafael Medina le metió un pechazo acompañado de un ligero cabezazo. Sambueza se fue suspendido cinco juegos y pagó uno en un juego amistoso.

El Cabrito Arellano también fue víctima de sus impulsos y le costó caro. Jesús no soportó que le sacaran la tarjeta roja, por lo que encaró al árbitro Gabriel Gómez y lo empujó, aunque no con tanta fuerza, le costó cinco juegos al mundialista mexicano.

A nivel internacional también se han dado duras sanciones por agresiones a los jueces; una la protagonizó el portugués Joao Pinto en el Mundial del 2002. Frustrado por lo que los lusos consideraron un robo frente al local Corea del Sur, Pinto le propinó una dura entrada a un rival. El árbitro Ángel Sánchez le sacó la roja y éste respondió con puñetazo a la altura del estómago; la sanción, fue 6 meses de suspensión.