-Poblaciones vierten líquidos residuales en vasos lacustres
Por Mario Herrera Rocha
Ríos y esteros de la región se encuentran contaminados, al igual que la laguna de Tamiahua, debido a que sirven de receptáculos a las aguas negras que generan varias poblaciones asentadas en la zona, en especial Naranjos-Amatlán.
Los líquidos residuales domésticos, comerciales e industriales que generan los naranjenses son vertidos sin control sanitario alguno en el Tancochín, que desemboca en la albufera entre las comunidades pesqueras Saladero, municipio de Tamalín, y La Reforma, Tamiahua.
Aunado a la anterior, en pequeñas localidades asentadas a lo largo del río las mujeres lavan ropa y algunas personas se bañan en su torrente, lo que podría ser causa de enfermedades cutáneas e incluso gastrointestinales.
Ante tal panorama, se hace necesaria la construcción de una planta tratadora como una de las principales necesidades para el desarrollo armónico del municipio, con el fin de librar a los vasos lacustres del maltrato que durante muchos años se les ha prodigado.
Esa fue una de las principales peticiones que los candidatos a la presidencia municipal encontraron el año pasado en sus recorridos por colonias y comunidades, por lo que seguramente -ya como Alcalde- Víctor Román Jiménez Rodríguez tomará en cuenta para rescatar al afluente.
Sin embargo, el Tancochín no es el único que provee de inmundicia a la laguna, pues son innumerables los ríos que se encuentran en la misma situación y que recorren otros municipios como Tampico Alto, Ozuluama, Tantima, Tamalín, Tancoco, Tamiahua, Cerro Azul y Álamo.
