-Planta de tratamiento de aguas negras, anti funcional y contaminante
Por Mario Herrera Rocha
“Antes de ver a Tamalín, lo hueles”, es una frase que se ha vuelto popular entre los habitantes de la región de la Sierra de Otontepec, debido a los fétidos olores que despide la anti funcional planta de tratamiento de aguas residuales, ubicada a orillas de la carretera estatal Naranjos-San Sebastián y frente a un plantel educativo.
Desde hace varias décadas fue construida, sin embargo nunca ha operado como es debido, por lo que es fuente de escurrimiento de líquidos residuales que desatan los insoportables hedores y contaminan un arroyo próximo que se dirige a la comunidad de Saltillo, municipio de Chinampa de Gorostiza, para desembocar en la Laguna de Tamiahua.
Alcaldes van, alcaldes vienen, mas ninguno ha tenido la capacidad suficiente para resolver el añejo problema, que incluso ha generado protestas de quienes radican en localidades situadas río abajo, ya que el agua contaminada es utilizada para lavar ropa, bañarse y consumo animal, en peligro se desate una epidemia de enfermedades epidérmicas o gastrointestinales.
El actual munícipe, Andrés Ramos Reyno, ocupa dicho cargo por segunda vez, sin embargo la población se pregunta si hará algo por remediar la preocupante situación o su segunda administración será tan gris como la primera, que no pudo con esa ni con otras problemáticas que preocupan a los tamalinenses.
Cabe señalar que esa no es la única instalación de su tipo en tales condiciones, pues -de acuerdo a diversos foros realizados en años anteriores- al menos el 90 por ciento de las 120 plantas de tratamiento de aguas residuales de la entidad es obsoleto, debido a que estas no fueron acordes a su creación, aunado a la corrupción de funcionarios de dependencias federales, estatales y municipales.
