29 de Marzo de 2024

Cierran puertas a protestantes

-Con letreros, católicos advierten que no son bienvenidos

Por Mario Herrera Rocha

Con la llegada de los españoles a México dio inicio una etapa de transculturación cuyos resultados se reflejan en la conformación étnica actual que incluye rasgos como el religioso, que fue una de las armas más poderosas utilizadas para hacer cambiar la ideología de los pueblos originales, aunque, más que erradicar sus creencias, lograron fusionarlas con la práctica del catolicismo.

Actualmente en la Huasteca existen poblaciones integradas solamente por personas indígenas, que conservan infinidad de rasgos prehispánicos entre los cuales destaca el idioma, pues hablan náhuatl y muy poco español e incluso, en algunos casos, únicamente náhuatl, sin embargo de la antigua religión politeísta queda muy poco, ya que son católicos en su totalidad.

Es por eso que, hasta en los núcleos geográficos más apartados y de difícil acceso siempre habrá un templo dedicado a Dios, donde se desarrollan actividades propias de los católicos, desde rosarios hasta misas y, por supuesto, sacramentos como el bautizo, la confirmación la comunión y el matrimonio, en determinadas ocasiones.

Hay pueblos huastecos en los que el catolicismo está tan arraigado que no han podido ingresar otras religiones cristianas y protestantes, al grado tal que en algunos sus propios habitantes han colocado avisos de advertencia para aquellos propagadores de la palabra del Señor que no sean católicos.

De tal manera, ni Testigos de Jehová ni otros grupos son bien recibidos en dichas comunidades, cuyos moradores se definen como “guadalupanos”, pues fue a través de la Virgen de Guadalupe que los conquistadores suplieron a Tonatzin, “la madre de los dioses”, que -de acuerdo al investigador Félix Báez Jorge- simbolizaba a la Madre Tierra.