23 de Abril de 2024

“No vengo a pedirle, vengo a darle gracias”

-Dijeron algunos creyentes de la Virgen de Guadalupe

DE LA REDACCIÓN

Postrados frente a la imagen de la virgen de Guadalupe, los católicos juntan sus manos, cierran los ojos e inclinan la cabeza en una acción de reverencia, respeto y fervor hacia la santa madre de Dios que ha escuchado sus ruegos, les ha concedido favores, curado enfermos y hasta milagros.

Una mujer de piel morena, cabello encanecido camina entre la multitud, va integrada en una peregrinación, canta alabanzas a la virgen de Guadalupe, que le ayudó a darle una carrera profesional a cada uno de sus tres hijos.

Su nombre es Emilia Hernández, ahora su vida es más tranquila porque sólo se dedica a vender servilletas de tela e hilos para bordar, pero durante más de 25 años trabajó de lunes a domingo, de sol a sol, sin parar, y fue la fe en la virgen de Guadalupe la que le ayudó cada mañana a levantarse a pesar del cansancio que traía de un día anterior.

Emilia sabe leer y escribir, y con eso pudo trabajar en casas particulares como empleada doméstica, y aunque el cansancio la vencía, refiere que le pedía a la virgen morena todos los días que le diera fuerzas para seguir en su empleo, porque su meta era darles estudios a sus hijos.

En este 2017 y como cada año, la mujer lleva en sus manos una vela encendida y va con fe a visitar a la virgen de Guadalupe, pero esta vez no le va a pedir nada, sino que asiste a agradecerle porque su hijo menor logró terminar una carrera profesional, es ingeniero.

“Yo creo que no le voy a pedir nada, ya me dio mucho la virgen. Siempre le pedí que cuidara a mis hijos, que me diera salud para trabajar, verlos crecer, y hacerlos profesionistas y todo eso lo he tenido gracias a ella y a Dios. Trabajé muchos años en casas y ahorita ya no, ya mis hijos están grandes. Ahorita ya sólo trabajo para mí y mi madre que depende de mí, ya no vengo a pedirle, vengo a darle gracias”, expuso y caminó aprisa para integrarse en la fila de los peregrinos.

Desde los primeros días de diciembre comenzaron a llegar las peregrinaciones la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en Xalapa y a partir del 11 y 12 de diciembre cada vez se vieron más y más los fervientes que llegaban a pie, en autobús, en bicicletas y camionetas.

La imagen de la virgen morena que se apareció en el cerro del Tepeyac por primera vez en el año de 1531 es llevada en nichos diseñados con flores, y cargada en los hombros de cuatro hombres que encabezan las peregrinaciones, mientras que atrás vienen las mujeres con los niños, ellas llevan en sus manos velas encendidas que simbolizan la luz y el milagro.

La fe por la virgen de Guadalupe profesada por los católicos es interminable y se hereda de generación en generación, así lo comentan las familias visitantes a la también llamada “Iglesia del Dique”, ubicada en la calle Mártires de Xalapa, de la colonia Felipe Carrillo Puerto.

A Xalapa llegan cientos de peregrinaciones, que vienen de las colonias y barrios propios de la ciudad, o de municipios como Banderilla, Coatepec, Emiliano Zapata, Perote, Las Vigas, Acajete, Cosautlán de Carvajal, y Xico, y esta vez se vieron autobuses de Puebla y Tlaxcala.

El párroco de la basílica de Guadalupe, Gilberto Suárez Rebolledo informó que por lo menos en este año llegaron alrededor de 500 mil visitantes a visitar a la virgen de Guadalupe, “La Patrona de los Mexicanos”.