-Al crecimiento urbano
DE LA REDACCIÓN
El Área Natural Protegida (ANP) de La Martinica requiere de mayor atención de las autoridades con la instalación de puestos de vigilancia para evitar la presencia de delincuentes, malvivientes, grafiteros y talamontes, así como señalética que indique sus límites, y un cuidado especial para conservarla intacta, lejos de supuestos proyectos ecoturísticos.
Ni los propios banderillenses conocen la riqueza que tienen a unos 500 metros de sus casas en un espacio de 55 hectáreas que cubre esta ANP, la cual a pesar del crecimiento de la mancha urbana, muestra un buen estado de conservación.
AVC realizó un recorrido por todo el perímetro junto con el biólogo Alejandro López Atilano, integrante de la Organización No Gubernamental “Hygea-México” y constató la belleza de este bosque mesófilo de montaña en donde todavía existe una nutrida presencia de helechos arborescentes, carpinos, aves migratorias, y fauna diversa como armadillos, tejones, cacomixtle y mapaches.
Pero además esta región, junto con otros manantiales, abastece las 26 tomas de agua que existen en la calle principal de la cabecera municipal, con lo cual la población nunca sufre de la falta del vital líquido.
SE DEBE PREVENIR LA DELINCUENCIA
“Hace como tres años hemos notado que vienen muchos jóvenes principalmente, a dañar la señalética, a drogarse, a grafitear, no sabemos si vengan con mujeres a otros tipos de cuestiones, pero hay que prevenir, a veces vemos el problema ya cuando lo queremos resolver ya es más grande de nosotros”, expresa López Atilano.
A esto hay que sumar los hechos de violencia que se han sucedido hace varios años en áreas verdes de la periferia norte de la capital, con la muerte de mujeres que tienen que pasar por sus parajes para trasladarse a sus viviendas.
“En Xalapa, en el Macuiltépetl el violador, hoy en día el Cerro de la Galaxia es una cuna de drogadictos, el Tejar Garnica es una zona de malos pasos para los jóvenes, tomando esos ejemplos de otras áreas naturales protegidas queremos incentivar en los jóvenes que entiendan la importancia de este espacio”, señala.
UN ÁREA NATURAL PROTEGIDA NO ES UN PARQUE DE DIVERSIÓN
Además, continuó, hay que aclarar que una ANP no es un parque como El Haya o Macuiltépetl, sino un espacio que proporciona servicios ambientales como oxígeno, agua, sombra y retención de suelos, entre otros.
“Hay varios proyectos aquí en La Martinica, de la Universidad Veracruzana (UV) y de otras empresas o constructoras que quieren hacer ecoturismo, pero que no se llama ecoturismo, que no está dentro de lo marcado, quieren meter instalaciones, no hay que meter un sendero de cemento, hay que educar a la gente que es importante tener un sendero de manera rústica y natural para que la lluvia se filtre y rellene los cuerpos de agua, para mí eso no es bueno, eso es mi opinión”.
Agregó que es posible hacer ecoturismo y deporte de aventura en estas zonas, pero con especificaciones muy marcadas: “Si vamos a meter 20 personas, que sean 20, sin hacer el menor ruido posible, para no alterar, contar con un reglamento para que no se dañe el medio ambiente, es decir, que sea un ecoturismo realmente sustentable, y no sea nada más un título y por debajo de la mesa sea todo lo contrario”.
¿Está protegida esta área natural?
-Protegida, vulgarmente dicho, si, por decreto, si está protegida, en el programa de manejo se menciona cual es el polígono, pero no hay una reja, un límite, una lona que diga: Estás dentro de La Martinica.
“Hablando biológicamente no es recomendable cercar las áreas naturales pues los animales necesitan transitar, por alimentos, principalmente los mamíferos que se ven obstruidos por una barda, un alambre de púas, no es recomendable cercarlas, pero mínimo si poner señalética o letreros que digan que estás dentro del ANP”.
