AGENCIA
El presidente Edel Álvarez Peña sin facultad prevista en la ley y con total incongruencia de lo que ha pregonado en los últimos días, está dejando sin efectos el nombramiento del magistrado Jorge Espinosa Castillo, y sin fundamento ni motivación está eliminando un magistrado de los pocos que a su dicho urgen en el poder judicial.
No cabe duda que la magistrada aquella, famosa por su frase, no se equivocó al darle tal calificativo, pues de pendejada en pendejada ha desmantelado el poder judicial, saciando sus instintos económicos, sus traumas, y sacando a relucir su ignorancia jurídica, porque por un lado llora con amargura para que el Congreso apruebe los magistrados propuestos por su compadre, amenazando incluso con cerrar salas y por otro deja sin efectos el nombramiento de un magistrado con sobrada experiencia en el poder judicial, quien por oponerse a sus arbitrariedades lo ha relegado, hasta no saciar su obsesiva, excesiva y larda frustración de no encajar en una institución que sí requiere de juristas consolidados, y no de pendencieros hechos a la luz de un gobernador que intentó hacer bien las cosas pero que se rodeó de gente como su compadre que le consiguió miles de votos pero en contra, ya que hizo que todo el Poder Judicial lo estigmatizara con el color azul, dándole el voto de castigo no al gobernador sino cien por ciento a Edel Humberto Álvarez Peña.
Se sabe que nuevamente el presidente se sigue imponiendo y por encima de la ley ya no sólo está corriendo a jueces, manejando a su antojo y menospreciando el criterio de los magistrados integrantes del Consejo de la Judicatura, sino que, con el abultado criterio jurisdiccional que le caracteriza ha decidido correr a un magistrado con loable carrera judicial y pasándose por el arco del triunfo al Pleno del Tribunal Superior de Justicia, está determinado remover magistrados, ya que tiene conocimiento que desde hace varios meses no convoca a dicho Pleno para adscribir a las magistradas y magistrados que no tienen adscripción pero que actualmente están ocupando las vacantes de los magistrados, que también fueron corridos por el citado Edel.
Ojalá que en estos días el Pleno de dicho tribunal tome cartas en el asunto y de una vez por todas tome sus decisiones por mayoría y empiece a sanear el cochinero en que lo ha dejado su crazo presidente. Pues están pendiente muchos amparos concedidos de jueces y magistrados, que tienen sentencias federales, de las cuales por órdenes de este personaje no se han cumplimentado, burlándose de la justicia federal que sabe que hasta ahora, tanto la Federación como el pleno y los propios magistrados del poder judicial le han hecho lo que el viento a Juárez.
(CON INFORMACIÓN DE Pasillo Legislativo).
