14 de Mayo de 2024

Pelícanos anidan en Toluca

  • Las aves han convertido la zona, antes contaminada, en una atracción turística

AHENCIAS

TOLUCA

De ser una zona contaminada e insegura, desde hace un mes se convirtió en una turística por la sorpresiva aparición de 60 pelícanos americanos, cuya presencia se debe al cambio climático.

Se busca colocar chips a estas aves para monitorearlas, y al área donde se encuentran transformarla en reserva natural.

Las bellas postales por primera vez se viven gratuitamente en San Pablo Autopan, Toluca, a un costado de la vialidad Toluca-Atlacomulco, en los bordos de San Jerónimo y San Mateo. En el primer lugar la especie aterrizó, pero ahora en la segunda descansan.

La atracción natural de las aves exóticas en cualquier momento se retirará, porque partirían a Michoacán o Jalisco, o regresarán a Estados Unidos y Canadá. Por lo pronto, atrae a la población de la región y ofrece un hermoso paisaje a los automovilistas.

La migración impresiona a los habitantes y activistas: a los pelícanos americanos se les ve comiendo acociles y peces; sobrevolando de un cuerpo a otro; o acurrucándose en tres distintas parvadas bajo los rayos del sol.

Miguel Estrada, de la asociación Acción Juvenil por las Causas del Pueblo, compartió que buscarán colocar chips para monitorear a la especie y conocer el lugar de origen, y a la zona convertirla en área protegida, porque podría ser ya su hábitat anual.

“Con ayuda de organismos, vamos a ponerles un chip en las patas para monitorearlos”, aseguró.

El activista lamentó que las autoridades federales o la academia no se han involucrado. Recordó que fue a partir de la limpieza de los bordos hace un año que resurgió la captación de agua, aunque falta impulsar proyectos de tratamiento.

Informó que entre las hipótesis de la llegada de los pelícanos está el cambio climático, debido a que en Estados Unidos hay incendios; en Canadá hay heladas; y en México 60 por ciento del territorio sufrió sequías desapareciendo lagos y riachuelos.

Fernando Gómez Garduño, vecino del bordo, calificó como privilegio el observar a los pelícanos, que a su llegada se pensó que eran garzas grandes; ahora sus vacas, pastando, se mezclan con la postal de la migración en la zona.