2 de Mayo de 2024

Aumentan amenazas a legisladores

  • Hay 75 acusaciones formales por amenazas

AGENCIAS

ESTADOS UNIDOS

Una mañana de noviembre de 2019, el representante republicano de Illinois, Rodney Davis, recibió en su oficina un mensaje de voz plagado de blasfemias, en el que la persona que llamaba se identificó como un francotirador entrenado y decía que quería volarle los sesos.

Dos años antes, la representante demócrata de California, Maxine Waters, recibió un mensaje de voz similar, de un hombre molesto que la acusó sin fundamentos de haber amenazado de muerte al entonces presidente Donald Trump. “Si lo haces de nuevo, estás muerta”, dijo, matizando la frase con improperios y un epíteto racial contra Waters, quien es negra.

Al otro lado del país, la oficina de la representante demócrata de Minnesota, Ilhan Omar, recibió una llamada insultante de un hombre que dijo que alguien debería “ponerle una bala en la cabeza” antes de dejar su nombre y número telefónico.

Los casos fueron parte de una revisión de The New York Times de más de 75 acusaciones formales por amenazas a los legisladores desde 2016.

El mar de casos arroja luz sobre una tendencia escalofriante: en los últimos años, y en especial desde el inicio de la presidencia de Trump, un número creciente de estadunidenses ha llevado el agravio ideológico y la indignación política a un nuevo nivel, que implica la formulación de amenazas violentas concretas en contra de los legisladores estadunidenses.

En la mayoría de los casos que revisó el Times, más de una tercera parte involucraba a individuos republicanos o proTrump que amenazaban a demócratas o republicanos que no consideraban suficientemente leales al expresidente, con un repunte en torno al juicio político para destituir a Trump y después del ataque al Capitolio el 6 de enero del año pasado.

En algunos casos previos al recuento oficial de los votos electorales en el Congreso el 6 de enero, quienes llamaron a los legisladores de ambos partidos les dejaron mensajes en los que les advertían que mantuvieran a Trump en el cargo o se enfrentarían a las consecuencias.

Casi una cuarta parte de los casos eran demócratas que amenazaban a los republicanos. Muchas de esas amenazas fueron motivadas por la ira que sintieron al ver cómo los legisladores apoyaban a Trump y sus políticas, incluidos los intentos republicanos de derogar la Ley de Atención Médica Asequible, así como por el empeño en confirmar a uno de los candidatos del expresidente a la Corte Suprema, Brett Kavanaugh.

En 2018, por ejemplo, un hombre de Florida llamó a la oficina del representante republicano de Florida, Brian Mast, casi 500 veces y amenazó con matar a sus hijos porque el congresista apoyaba la política de separación de familias en la frontera sur, que Trump había implementado.

Otros casos no tenían ninguna inclinación partidista discernible o estaban motivados por delirios o teorías conspirativas descabelladas, como la creencia difundida por QAnon de que los demócratas forman parte de una secta satánica.

En general, las amenazas contra los legisladores alcanzaron un récord de 9,600 el año pasado, según los datos proporcionados por la Policía del Capitolio, el doble del total del año anterior. Tan sólo en los tres primeros meses de 2021, la Policía del Capitolio recibió más de 4,100 amenazas contra legisladores de la Cámara de Representantes y el Senado, lo que puso a prueba al personal policial encargado de investigarlas.

“No podemos atender esas investigaciones”, declaró el mes pasado J. Thomas Manger, jefe de la Policía del Capitolio. “Para ello, vamos a tener que duplicar el número de agentes que trabajan en esos casos de amenazas”.

Las amenazas contra legisladores se dispararon más de cuatro veces tras la llegada de Trump al poder. En 2016, la Policía del Capitolio investigó 902 amenazas; al año siguiente, esa cifra llegó a 3,939.

Las amenazas van desde llamadas telefónicas con descripciones horripilantes y específicas de violencia que han llevado a la cárcel a quienes las hicieron hasta amenazas generalizadas publicadas en las redes sociales que los jurados han desestimado por completo.

Dos días después de que el Colegio Electoral confirmó la victoria de Joe Biden en 2020, Ryder Winegar, quien trabajó como experto en criptología de la Marina y reside en Nuevo Hampshire, llamó a seis miembros del Congreso (tanto demócratas como republicanos) bajo los efectos del alcohol y amenazó con ahorcarlos si no apoyaban a Trump.

La mayoría de las llamadas no pusieron en práctica la violencia, pero pueden sembrar el terror en las oficinas y hacer que los legisladores se apresuren a cancelar actos y buscar seguridad, además de traumatizar a los asistentes o incluso a los becarios que tienen la mala suerte de contestarlas.