1 de Mayo de 2024

58 muertos y más de 2 mil heridos

-Deja apertura de embajada de EU en Jerusalén

AGENCIA

Fue un día que se preparó durante 70 años, y que Estados Unidos quiso presentar como un nuevo amanecer, pero que en realidad expuso de manera brutal lo lejos que está el presidente Donald Trump de resolver uno de los conflictos más intratables del mundo.

Mientras Jared Kushner e Ivanka Trump asimilaban las fanfarrias por la controvertida apertura de la embajada estadunidense en Jerusalén, en la franja de Gaza, a escasos 80 kilómetros soldados israelíes abrieron fuego y mataron por lo menos a 58 palestinos que protestaban contra una acción que consideran una negación de su derecho fundamental a tener una capital compartida en esa ciudad sagrada.

La cuota mortal parecía mofarse de la insistencia de Donald Trump en que busca una solución pacífica para Israel y los palestinos. Entre las condenas internacionales, incluida la acusación de “genocidio” lanzada por el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, y los llamados de todas partes a la contención, el baño de sangre pareció simbolizar la creencia del gobierno israelí, eufórico por el traslado de la embajada, de que la fuerza y no los acuerdos es la ruta para asegurar el futuro de esta nación fundada hace 70 años.

Israel sostuvo que protege sus fronteras y culpó al gobierno de Hamas en Gaza por el baño de sangre. El ejército israelí afirmó que tres militantes armados fueron muertos al tratar de colocar explosivos cerca del muro en el cruce sureño de Rafah, en Gaza, y que lanzó un ataque aéreo sobre un puesto de Hamas cerca de la población norteña de Jabalya después de que palestinos abrieron fuego en la zona.

En el lugar de las mayores protestas, en Zeitun, cerca del cruce de Karni, las multitudes –incluidos mujeres y niños– fueron mucho más numerosas que en los primeros días, muchas sin ninguna intención de lanzarse sobre el muro fronterizo.

La Organización de Cooperación Islámica (OCI), de 57 miembros, que representa a los países de mayoría musulmana, ha sostenido que la apertura de una embajada estadunidense en Jerusalén fue “una decisión ilegal” y “un ataque a los derechos históricos, legales, naturales y nacionales del pueblo palestino”.