29 de Abril de 2024

Riesgo de violencia en elecciones

AGENCIAS

WASHINGTON

Si las encuestas, a 19 días de las elecciones nacionales, resultan confiables esta vez, todo indica que Donald Trump será derrotado, pero con un presidente y sus aliados dejando claro que están dispuestos a descarrilar el proceso democrático nadie sabe cómo terminará esta pugna y en parte por eso los estadunidenses están comprando más armas de fuego que nunca.

El voto ya arrancó en muchos estados donde se puede depositar boletas de manera anticipada –en casillas, depósitos físicos o envíos por correo–, pero nada se cuenta hasta el día de la elección, el 3 de noviembre. Lo que sí se sabe es que, en los primeros días, la participación llegó a un nivel sin precedente, con entre 15 y 17 millones de sufragios ya depositados, o sea, más de 10 por ciento del voto total en 2016, y algunos expertos señalan que con esas tendencias es posible que la participación electoral rompa récord este año.

De hecho, hay una multitud de esfuerzos por todo el país para promover el voto a fin de generar una ola azul contra Trump, con coaliciones diversas conformadas por sindicatos, latinos, mujeres, la diáspora progresista de la campaña de Bernie Sanders, del movimiento antirracista Black Lives Matter, ambientalistas, defensores de derechos de las mujeres, la comunidad gay y nuevas organizaciones de jóvenes, tratando de nutrir un masivo rechazo al actual gobierno.

Pero junto con el entusiasmo cívico hay crecientes preocupaciones de que la elección culminará en una crisis constitucional y política con el potencial de disputas legales alargadas que podrían llegar no sólo hasta la Suprema Corte, sino a conflictos violentos en las calles. Agrupaciones ultraderechistas armadas han amenazado con presentarse en casillas para defender el voto, en una táctica ilegal de intimidación. Varias organizaciones progresistas están contemplando cómo responder a un intento de Trump y sus aliados de descarrilar el proceso, incluyendo movilizaciones masivas para proteger el sufragio.

Justo porque la disputa podría llegar hasta la Suprema Corte –donde se determinó el ganador en la elección en 2000– los republicanos están procediendo a todo vapor con la ratificación de la católica fundamentalista Amy Coney Barrett para instalarla en el máximo tribunal antes de las votaciones. El jueves concluyó la fase de cuatro días de audiencias ante el Comité Judicial del Senado para aprobar la nominación y someterla al pleno del Senado a finales de mes.