17 de Abril de 2024

Por Nina Salguero 

El embarazo es un hecho trascendente en la vida de la mujer, por lo cual el Ejecutivo federal instruyó que a partir de 1 de julio la incapacidad por maternidad en el postparto puede ser incrementada hasta en un 66 por ciento, más tiempo para pasar con sus bebés, lo cual favorece psicológicamente a ambos. Dentro de las modalidades se encuentra la expedición de un certificado único hasta por 84 días, pero también existe la libertad de que la madre decida atender su embarazo fuera del IMSS, acudiendo en la semana 34 de gestación a la clínica que les corresponda. Hasta hace algunos años, el tiempo de incapacidad por maternidad era un mes antes y dos meses después, o sea, 12 semanas; después se modificó y, acorde a las instrucciones del médico, eran seis semanas previas al parto. Cada embarazo es diferente, por lo cual hay quien se sienta bien hasta una semana antes, esto se modifica de tal forma que la embarazada puede ahora ejercer su derecho a las 12 semanas y las utilice como mejor convenga a sus intereses. Muchas veces la angustia de la madre va con ella al empleo, pues deja en manos de terceras personas al bebé, privando a éste de la lactancia que el recién nacido exige cada tres o cuatro horas. Desde luego que esta modalidad de transferencia de las semanas de incapacidad tiene que contar con varios requisitos, entre ellos el consentimiento del patrón y con la autorización del médico del instituto. El IMSS informa que antes la mujer tenía que contar con dos certificados, uno prenatal y otro postnatal, hoy es sólo un certificado por 84 días. Por otra parte, el varón también obtuvo beneficios; se sobreentiende que una mujer no se embaraza sola, a no ser que sea un caso de partenogénesis, el hombre puede disfrutar de cinco días con goce de sueldo tras el nacimiento de un hijo o adopción. Esta Ley la aprobó la Cámara de Diputados el 19 de marzo de 2014; esta propuesta, emanada de una diputada de oposición, contó con 420 votos a favor para ser turnado posteriormente al Senado; uno de los objetivos fue “promover una paternidad responsable que elimine el estereotipo de la paternidad ausente en la familia”. Para un sector de la sociedad mexicana estos días son unas mini-vacaciones y refuerza el estereotipo machista. En los Estados Unidos el hombre goza de 12 semanas de licencia, desde luego sin goce de sueldo. En Europa puede llegar hasta los tres años, sin sueldo, pero con una compensación. Desde luego que nos estamos comparando con diferentes culturas. A muchos varones mexicanos los cinco días les servirían para disfrutar de los primeros días del crío, otros quizá preferirían trabajar. En Europa la tasa de natalidad ha disminuido y los bebés son cada vez menos, advirtiéndose que Europa es un continente con una población envejecida. La libertad de escoger los días de incapacidad es un acierto, pues por cuestiones hormonales y biológicas, la mujer sufre descompensaciones, puede padecer depresión post-parto, puede sentirse molesta por el sudor, la succión del recién nacido puede causar llagas en los pezones, situaciones por los que el varón no pasa, pues ellos no padecen este tipo de pesares, pero enfrentan los retos de la manutención del hijo, me refiero a los padres que poseen ese compromiso. Vemos cada vez más varones con el bebé en brazos, muchos han aprendido a cambiar pañales, a preparar biberones y a sentir en esa tierna criatura la inmensidad del amor y su vida misma.

En otro orden de ideas, la nueva Reforma Educativa es tarea del Gobierno, docentes, padres de familia y sociedad en general, cada región de México tiene sus retos y su idiosincrasia, por ello es rechazada por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE); el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) se alinea con la Sociedad de Padres de Familia, quienes declaran que “los resultados en materia educativa para nuestro país son alarmantes y se reflejan en diversas pruebas internacionales, como PISA 2012, realizada por la organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos OCDE, que muestra que el 55 por ciento de los alumnos mexicanos no alcanza en nivel básico de competencias en matemáticas, y el 41 por ciento no lo alcanza en lectura”. Por otra parte, organismos internacionales enfocan los siguientes, José Ramón Gamo, Neuropsicólogo infantil y Director del Máster en Neurodidáctica de la Universidad “Rey Juan Carlos”, explica que “el cerebro necesita emocionarse para aprender”. ¿Estamos haciendo lo correcto para que el alumno se enamore de su escuela, del conocimiento?

Chistecito: Una señora encuentra el diario de su hija, indebidamente lo empieza a leer y encuentra unas notas: Querido diario, ayer perdí mi “virginidad”. La señora empieza a llorar desconsolada y exclama: ¡Por qué, Dios mío, por qué, ay ay ay! Yo enviándola a las mejores escuelas y esta pendeja escribiendo virginidad con “B” grandeeeeee.