16 de Abril de 2024

-El narco al que nadie encuentra

Héctor de Mauleón

Hoy se cumplirá un mes del asesinato de Ambrosio Soto Duarte, el Alcalde de Pungarabato, Guerrero, quien había denunciado la extorsión de un grupo criminal que le reclamaba el pago de tres millones de pesos y exigía para sí la Tesorería del municipio y la Dirección de Obras. Va a cumplirse un mes y parece que ha pasado tanto tiempo.

Pungarabato se halla en una región que disputan, entre otros, Los Caballeros Templarios y la Familia Michoacana: un corredor que conecta la Tierra Caliente de Guerrero con Michoacán y el Estado de México.

En esa zona opera también un grupo sanguinario y violento, al que se conoce como Los Tequileros. La PGR asegura que se trata de una escisión de Guerreros Unidos (organización asociada al Cártel Jalisco Nueva Generación), y que su líder se llama Raybel Jacobo Almonte, alias El Tequilero.

El grupo, formado por unas 60 personas, ha desatado zozobras indecibles. En la enumeración de horrores dictados por El Tequilero figura la siembra, tanto en lugares públicos como en parajes solitarios, de bolsas de plástico negras que contienen cuerpos humanos destazados.

Así apareció en junio de 2014 el dirigente del PRI en San Miguel Totolapan, Carlos Salanueva de la Cruz. El político había permanecido secuestrado durante ocho días. Al lado de la bolsa negra que contenía sus restos, los verdugos dejaron una cartulina en la que se leía: “esto les va a pasar a todos los que apoyan a la Familia Michoacana. Atte.: El Tequilero”.

El PRI de Guerrero declaró que el asesinato había sido cometido “de una manera muy violenta”. Poco después se filtraron unas fotos que mostraban el grado de sadismo al que es capaz de llegar el grupo dirigido por Raybel Jacobo.

Un día después, tirado en la carretera a Ajuchitlán, fue hallado el cuerpo de la ex regidora panista de San Miguel Totolapan, María Fénix Jaimes. Tenía nueve tiros en la costilla derecha y tenía también una cartulina: “Esto les va a pasar a todos los que le pasen información al pescado, y sigues tú”.

“El Pescado” es el líder de La Familia Michoacana, Johnny Hurtado Olascoaga, que desde hace varios años pelea por el control de esa zona, llena de minas de oro y sembradíos de amapola.

Raydel Jacobo Almonte, El Tequilero, se halla en la lista de objetivos prioritarios de la Estrategia de Seguridad Guerrero. La PGR le achaca 15 órdenes de aprehensión por homicidio, secuestro y extorsión. Se le busca al menos desde 2013. Diversas denuncias indican que su centro de operaciones es el poblado de San Antonio de la Gavia. Las autoridades, sin embargo, no lo encuentran.

En agosto del año pasado, apareció en YouTube un video en el que el Alcalde de San Miguel Totolapan, Juan Mendoza Acosta, pactaba con un hombre al que las autoridades identificaron como El Tequilero. Ambos, al parecer, se hallaban en estado de ebriedad. “Cocho, así como te hicimos ganar, verga, échanos la mano”, decía Raydel. El Alcalde contestó: “¿Cuándo te voy a fallar? Por eso dime, cuándo te voy a fallar cabrones a usted”?

Mendoza Acosta alegó que los miembros de un grupo criminal lo habían secuestrado y alcoholizado. En el municipio gobernado por Mendoza las llamadas Fuerzas Especiales Tequileras (a ese grado ha llegado el delirio) parecen moverse, sin embargo, con pocos sobresaltos.

El Alcalde anterior, Saúl Beltrán Orozco, actual diputado priista, fue acusado por legisladores perredistas de “ser compadre de El Tequilero”. Una expolicía municipal, presa por homicidio calificado en agravio de un ex trabajador del Ayuntamiento, acusó a Beltrán Orozco de “haber ordenado secuestrar y asesinar”. La mujer declaró que el alcalde brindaba protección a Los Tequileros.

Hasta el sacerdote de Totolapan fue secuestrado y asesinado de un impacto en la cabeza por el segundo de Raydel Jacobo, Abelardo Miranda Urióstegui, El Alacrán, acusado de más de 30 secuestros y detenido por el Ejército cuando se dirigía a cobrar el rescate por el plagio de tres personas.

Parece que el asesinato de Ambrosio Soto Duarte ocurrió hace mucho. En el reino de El Tequilero, sin embargo, diariamente hay nuevos hechos qué lamentar. Hace poco, a través de una manta, la gente prefirió pedirle ayuda a Johnny Hurtado: “Señor Pez, tus paisanos necesitamos de su apoyo ya que las fuerzas militar, estatales y federales no han hecho nada por nuestras personas desaparecidas, ahora más que nunca necesitamos de usted… Atentamente, el pueblo de Arcelia”.

De ese tamaño, es la soledad de Guerrero.