18 de Abril de 2024

¿A bloqueos docentes, bloqueos decentes?

Por José Cárdenas

El conflicto magisterial suma cien días explosivos sin solución. Las autoridades están atrapadas en un laberinto; el diálogo para privilegiar la política como el arte de la negociación ha fracasado y el tiempo está agotado.

¿Cómo seguir negociando cuando la disidencia magisterial chantajea al gobierno poniéndole una pistola en la sien con el estrangulamiento de carreteras, ciudades y actos de vandalismo?

 Resulta inadmisible que el gobierno otorgue incentivos perversos, se doble y no aplique el uso legítimo de la fuerza.

¿La autoridad teme al riesgo de ser calificada de represora aunque ocho de cada diez mexicanos la respaldan frente al reclamo de liderazgos docentes, indecentes y abusivos?

Suena a disco rayado, pero la crisis colma la paciencia de padres de familia, ciudadanos secuestrados, empresarios desesperados y comerciantes quebrados…

Sume también el reclamo de organizaciones civiles como Mexicanos Primero que demanda mano dura y estrangulamiento financiero de la cúpula rebelde beneficiada por cuotas otorgadas por los gobiernos desde hace tres décadas. ¿A bloqueos docentes, bloqueos decentes?; ¿Acciones decisivas y no intentos truncos que no han logrado impedir la capacidad de movilización de la CNTE beligerante?

No sobra reclamar la pronta solución del problema privilegiando los derechos constitucionales de las mayorías que resultan gravemente afectadas.

¿En este contexto, por dónde podría estar la salida del conflicto magisterial empantanado?

La plenaria legislativa del PRD propone desempolvar una iniciativa de hace tres años para quitar lo punitivo a la evaluación docente; modificar la ley para que los maestros indispuestos a ser evaluados sean sacados de las aulas y reubicados en cargos administrativos, pero no despedidos, como ahora establece la norma. El PRD busca que la iniciativa sea ciudadana, no partidista; el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas llamó a la idea ‘contrarreforma a la reforma’ que habría de transitar por los pasillos del Congreso. El Poder Ejecutivo, sin facultades para cambiar la Ley, bien podría flexibilizar su postura sin comprometer los alcances profundos de la reforma reina; lástima que el secretario de Educación haya perdido la capacidad de interlocución para convocar a la CNTE a la construcción del Nuevo Modelo Educativo Nacional.

Las alternativas se leen factibles en el papel, aunque en la realidad parezcan imposibles por la resistencia “centista”.

En el juego de todo o nada, la suma suele terminar en cero.