16 de Abril de 2024

El 10 constitucional 

Por Julio Cesar Vega Olivares 

Hace algunos días se debatió en televisión, un asunto que parece ha desatado  polémica, el cual fue la posesión de armas por parte de los ciudadanos comunes y el derecho a tenerlas en el domicilio, cosa que es legal, pues de conformidad con el articulo décimo de la constitución, es un derecho poseer armas en el domicilio para la seguridad y legítima defensa, siempre y cuando no sean de uso exclusivo del Ejército, Armada, Fuerza Aérea o Guardia Nacional, luego sigue el citado artículo “la Ley federal determinara los casos, condiciones y lugares en que podrá autorizar a los habitantes la portación de armas”, como se aprecia en la Ley federal que contempla dos casos distintos,  uno la posesión de armas en el domicilio y otro la portación de armas en lugares diversos al domicilio.

Todo esto en relación con la propuesta del senador  Jorge Luis Preciado, quien propone que además del domicilio, se pueda poseer o tener  armas  en tu negocio o empresa y dentro de tu vehículo, es decir hacer extensivo a otros sitios  donde se requiera seguridad, el derecho que se tiene de poseer armas en nuestro  domicilio particular en cumplimiento al precepto constitucional del articulo decimo de que los mexicanos tenemos derecho a la seguridad y la legitima defensa, pues la Constitución reconoce claramente que en algunos casos la seguridad y la legítima defensa se logran mediante el respaldo de un arma, pues también existe riesgo donde trabajamos o al manejar nuestro vehículo, lo cual no parece catastrófico, ni ilegal, ni que genere violencia, además esto no es obligatorio, ni un llamamiento a la violencia o la  desobediencia civil, sino sólo es para quienes elijan portarlas fuera de su domicilio en las condiciones propuestas, entonces… ¿a qué le tienen miedo los senadores?

Sin embargo, el senado reaccionó de manera tajante rechazando esta propuesta por voz del coordinador de la bancada panista, Fernando Herrera Ávila quien comentó que el estado debe garantizar la seguridad de los ciudadanos, no los propios ciudadanos, esto en privación de nuestro derecho legítimo a utilizar armas para defendernos y que armar a los ciudadanos no es una opción para México, y citó el caso de Estados Unidos y culpó a las armas como si se dispararan solas, esto en relación a los atentados hacia los ciudadanos norteamericanos  y agregó que los policías norteamericanos a veces al detener a alguna persona les disparan ante el temor de que se encuentren armadas (sobre todo si son afroamericanos o mexicanos), aunque esto es claramente atribuible a la brutalidad policíaca. 

Las armas no se disparan solas y tener una no provoca una posesión demoniaca, en la cual el arma nos domine o nos obligue a dispararla contra otras personas, como se pretende hacer creer al fomentar una cultura del miedo.

Sin embargo, lo señalado por el senador Herrera Ávila, nada que ver con la propuesta del senador Jorge Luis Preciado, pues la idea no es portar armas en la calle, ni andar como el vengador anónimo matando gente como en aquella película de Charles Bronson de los años 70’s, sino extender este derecho constitucional a los negocios o empresas y al vehículo particular, contrario a lo que señala el senador Fernando Herrera Ávila, la inseguridad devora al país y no está garantizada por las autoridades y la violencia está en niveles desbordados  porque los delincuentes no necesitan permiso para portar armas.  

Pero en México el nefasto paternalismo, sumado a la mojigatería llevada al extremo de considerarnos como menores de edad con incapacidad para usar con responsabilidad un arma, pues si bien es peligroso tener armas, ahora parece más peligroso andar desarmado. Cabe recordar que en otras épocas se portaban armas en el país y no había tanta delincuencia.

Pero los que sí andan armados son los delincuentes con placa o sin ella, que roban, secuestran violan y matan, porque saben que no podemos defendernos, aquí mismo en Tuxpan sucede con frecuencia, tal es el caso reciente del intento de secuestro de la Srta. Mónica Ortiz Blanco y en Poza Rica el caso del Regidor Tonatiuh Paredes Rangel quien continúa desaparecido, casos que se suman a una larga lista de delitos sin aclarar, pues muy pocas veces detienen a los responsables, ya saben la maldita impunidad que incentiva el delito.

Ya existen estudios al respecto, Michel Moore realizó un amplio y documentado, y concluyó que el poseer armas no aumenta la criminalidad ni la violencia, pues  en  Canadá es tan fácil como en Estados Unidos comprar armas y balas, incluso de asalto y en Canadá, a diferencia de Estados Unidos, la criminalidad es mínima, cosa que en  México actualmente estamos despistolizados y paradójicamente la criminalidad aumenta. 

Lo que se defiende es que no se limite con leyes secundarias, un derecho constitucional del cual prácticamente nos despojan y en este caso la sociedad es quien debe tener la última palabra si se debe o no portar armas en lugares específicos y fuera del domicilio, y no un senador prejuiciado y sin criterio que pretende justificar su particular punto de vista con argumentos sesgados y hasta risibles.

Los poderosos senadores traen guaruras armados, no necesitan portar armas, nosotros tenemos que cuidar y proteger a nuestra familia como podamos, por ello tenemos la gran responsabilidad de realizarlo nosotros mismos, esto ante la falta de una seguridad pública responsable y confiable.