18 de Abril de 2024

Persecución gubernamental a Elena Poniatowska

Por Rogelio Martínez Vera

A través de los órganos informativos, nos acabamos de enterar que por más de VEINTE AÑOS, entre 1960 Y 1980, fue investigada, perseguida, y a veces descaradamente acosada, la excelente escritora, periodista e investigadora ELENA PONIATOWSKA por diversos cuerpos policíacos, sobre todo, pertenecientes al gobierno federal y concretamente por la temible banda que integraban los agentes de la tristemente célebre Dirección Federal de Seguridad (DFS), afortunadamente extinta, después de los crímenes probados en contra de su entonces director, cometidos en 1983, y del asesinato de Manuel Buendía, un valiente y arrojado periodista, también en aquella misma época oscura.

No salgo de mi asombro al enterarme que una persona tan valiosa para las letras castellanas como lo es Elenita, como la llamamos todos los que la admiramos, haya podido ser víctima de tales infamias. Nunca ha sido suficiente razón la de que una persona sea socialista, liberal o conservadora, para ser investigada y transformarse en un sujeto propenso a acusársele sin pruebas, de la comisión de algún delito, sobre todo si su actividad se mueve siempre, dentro de los cauces legales. Los malos gobernantes de la época y desde luego los dirigentes del DFS violaron en estas investigaciones y formación de archivos policiacos en contra de Poniatowska, las garantías individuales que consagran a todas las personas, los artículos 6º y 7º de la Carta Magna, que se refieren a la libertad de expresión y a la libre imprenta.

En efecto, ella es autora de uno de los libros más reveladores y bien documentados de los sucedido en Tlatelolco, la sangrienta noche del 2 de octubre de 1968, en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, pero en tal libelo, no hay nada que estuviera inventado, sino simplemente narrado por alguien que hizo una extraordinaria tarea de campo, para recoger evidencias y testimonios del criminal ataque de que fueron víctimas los estudiantes y que tuvo como saldo el acribillamiento de varios cientos, quizá miles de jóvenes, en forma por demás, criminal y torpe. Es algo que nunca debió haber sucedido y de ello, la opinión pública en su conjunto, hizo responsables al expresidente Díaz Ordaz y al entonces Secretario de Gobernación, Luis Echeverría Álvarez.

La obra de esta escritora es abundante y siempre exquisita. A pesar que de su origen extranjero (nació en París en 1932), esta excepcional escritora se ha identificado siempre con nuestras formas de vida, así como de sus personajes y costumbres, que la hacen singular entre los escritores de México. “Hasta no Verte Jesús Mío”, “Leonora”, “Las Siete Cabritas”, “Palabras Cruzadas”, “La Herida de Paulina”, “Dos Veces Única”, y desde luego, “La Noche de Tlatelolco”, son  excelentes, entre los más de 40 libros que ha producido la mente de esta inigualable escritora. Que Dios nos la conserve por otros muchos años.

Elena Poniatowska puede adoptar situaciones que a muchos no nos agraden por ejemplo, ser partidaria de López Obrador, pero en este mundo nadie es perfecto y este es un defecto que al menos yo, lector de muchas de sus obras, lo considero un pecadillo que paso por alto. Pero de eso, a haber considerado a esta sabia mujer como peligrosa para la democracia, y reo de delito, hay una distancia muy grande. 

Qué bueno que ese acoso fue temporal y que, al parecer desde hace más de 35 años, esta persona ha quedado libre de toda sospecha. Felicidades Elenita por tan grata noticia, aunque amargada por los expedientes de tu caso, que se han puesto a disposición de todos, en el Archivo General de la Nación.