23 de Abril de 2024

Una historia de hermanos y amor

Por Nancy Jácome

En un mundo cada vez más moderno e intolerante, es necesario adentrarnos en historias que nos ayuden a entender a otras personas.  

Por ello, me agrada el libro “Cuando Dios era un conejo”, que a veces parece narrado por una niña muy inteligente y a veces parece narrado por una mujer recordando su pasado. Tal vez sienta que es así por su frescura, naturalidad y por su audacia. 

Es la historia de Elly, descrita en dos partes, en su pequeña infancia y 20 años después, en la que su autora Sarah Winman ha logrado desarrollar personajes que aman de una forma que el amor no es juzgado. Personajes que aman sin género, sin distinción de sexo. 

Si bien su nombre intriga desde un principio, “Cuando Dios era un conejo” es una historia sobre un hermano y una hermana, sus vivencias, sus cuidados, sus enseñanzas, sus travesuras, su mundo. Pero alrededor de ellos, giran personajes muy singulares, gente realmente interesante con quien Elly tiene  una buena conexión, gente con la que aprende, con la que sufre, con la que entiende del dolor sin haberlo vivido a su corta edad. 

Y es que Winman atrapa desde el primer momento con su frescura, con su naturalidad de contar las cosas comunes de la vida que provocan una ligera sonrisa mientras lees. El lenguaje claro y preciso en el que está escrito, hace que avances muy rápido en la lectura. 

La novela tiene tanta soltura, que después de las dos primeras páginas no te puedes detener. Inolvidable el capítulo de la obra escolar referente al nacimiento del Niño Jesús, cuyos titulares en los periódicos termino siendo “El Niño Jesús en coma” una obra que terminó en desastre y que cambio la vida de una maestra. 

A pesar de la tragedia y los pequeños sollozos, realmente es una obra que mantiene un fulgor, esa chispa de vivir lo que sucede, de entenderlo, algo que podemos entre leer en cada capítulo y que no se extingue. 

Sarah Winman es una actriz y escritora británica, precisamente “Cuando Dios era un conejo” es su primera novela que se llevó varios premios y se convirtió en best seller internacional, el libro fue publicado en 2011 y si lo ves por una estantería de libros te atrapará su fresca y singular portada. 

Tiene una forma muy agradable de meterse en tu piel con rutinas tan normales que suceden en la vida cotidiana, con esa alegría, con ese cuestionamiento constante de una niña, y con esa alegría de una mujer adulta.