28 de Marzo de 2024

Estado de persecución

Por Agustín Contreras Stein

En relación con los hechos de apenas hace unas cuantas horas, con la detención del exgobernador interino del Estado de Veracruz, la dirigencia del PRI se pronunció ayer de manera fuerte y decisiva para manifestar su desacuerdo con estas acciones que, sin duda, enrarecen aún más el ambiente político de la entidad.

Renato Alarcón Guevara, en su calidad de Presidente del Comité Directivo Estatal del tricolor en Veracruz, calificó, primero, al exgobernador Flavino Ríos Alvarado como un reconocido abogado, notario público y sobre todo un político de amplia trayectoria pública, donde se ha destacado por su capacidad, su honradez y trabajo permanente a favor de los veracruzanos, en general.

Alarcón Guevara indicó además que Ríos Alvarado es un político profesional, militante distinguido del partido que encabeza y que en todos sus actos se ha desempeñado con acierto, pero también se ha caracterizado por su disposición al diálogo, a la construcción de acuerdos y siempre respetuoso de la Ley.

Para el dirigente estatal del PRI ha quedado en evidencia que todas las personas que no están de acuerdo con la forma de pensar y de actuar del Gobernador Miguel Ángel Yunes Linares viven en un estado de persecución política permanente, para lo cual se utiliza, dijo el priista, a la propia Fiscalía del Estado, como una herramienta de poder que transgrede la Ley, acomodándola al servicio de la política partidista.

Con este escenario de persecución política, el PRI veracruzano, su dirigencia y toda la militancia del Estado asumen una posición crítica y denuncian la actuación del Gobernador del Estado, quien utiliza, reafirmó, a la propia dependencia, persecutoria de los delitos, como un aparato de seguridad y probablemente, dijo también, se encuentre buena parte del Poder Judicial, para saciar sus actos de venganza.

Fue, en pocas palabras, un pronunciamiento fuerte, de grandes dimensiones políticas y de respaldo absoluto para quien ha tenido a lo largo de los años, una conducta intachable en el quehacer público.

Renato Alarcón Guevara no se midió, pues añadiría en su planteamiento de ayer por la mañana, en las propias oficinas del Partido Revolucionario Institucional, las mismas que algún día ocupara el mismo gobernador del Estado, cuando fuera orgulloso dirigente estatal, que se muestran respetuosos de las acciones que se llevan a cabo, pero dejando claro que nadie es poseedor de la verdad absoluta y que nadie, nunca, debe usar el poder para saciar intereses mezquinos.

Con un escrito, debidamente redactado, el dirigente estatal del PRI pidió que se preserve el estado de derecho, que al procedimiento jurídico-penal que el enfrenta el exgobernador Flavino Ríos Alvarado se lleve con todas las garantías constitucionales que asisten a todos los mexicanos por igual y que las comisiones estatal y nacional revisen cuidadosamente cualquier inconsistencia jurídica que afecte las garantías de un ciudadano veracruzano.

Antes de finalizar su comparecencia ante los medios de comunicación, Alarcón Guevara reafirmó que los priistas alzan la voz para que se haga una revisión inmediata a la actuación de la Fiscalía, así como a su titular, y de todos aquellos funcionarios que se encuentren involucrados en esta evidente transgresión a la Ley.

De esta manera, se abre, sin duda alguna, otro capítulo más en la historia política de la entidad, pero ahora con posibles repercusiones políticas de mayor magnitud, pues se ha tocado a uno de los políticos que en los últimos tiempos ha demostrado que su trabajo siempre estuvo encaminado a cumplir con los compromisos y las tareas que benefician a los veracruzanos.

Las reacciones se están dando en todos lados y en todos los sentidos, de tal manera que hasta algunos de los partidos políticos están emitiendo sus opiniones con respecto a este caso, donde las evaluaciones favorecen, indiscutiblemente, al ciudadano que hoy se encuentra encarcelado, mientras que la posición oficial solamente se defiende, en el sentido de aplicar correctamente la Ley, aun cuando todavía no se analizan detenidamente los elementos jurídicos que deben existir para una decisión de esta naturaleza, donde a todas luces parece ser una acción política, en contra de uno de los íconos de la política estatal.

Vaya, por fin, los Diputados federales priistas hablaron.

Efectivamente, ayer también se pronunciaron a favor del respeto de las garantías constitucionales del exgobernador Flavino Ríos Alvarado.

Todos en montón salieron por fin a decir algo, pues desde hace tiempo han permanecido callados, temerosos de las acciones gubernamentales, pues, aunque tienen fuero, no dejan de tener miedo, incluso aquellos que, se dice, ya pagaron por adelantado su tranquilidad.

Y es que no se podían quedar fuera, pues de por sí han sido criticados de su tibieza demostrada ante los problemas que padece Veracruz, manteniéndose alejados, con la cabeza baja y sin demostrar que son representantes populares, es decir, del pueblo mismo que padece momentos difíciles en todos los sentidos, principalmente en materia de seguridad y de economía familiar, pues no existen probabilidades de crecimiento y satisfacción de las más prioritarias necesidades de los veracruzanos, en general. Por eso, quizá, por eso, decidieron hablar, pues ya se les requería su presencia, aunque fuera mediática, pues en lo persona la mayoría de ellos le sacan al parche. 

Pero aun así no indicaron nada importante, pues su posición es solamente en el sentido de que se respeten los derechos humanos, jurídicos y de procedimiento por los delitos de que se la acusa a uno de los representantes más destacados de la política veracruzana.

Nadie expresó más, pues tampoco se atrevieron a respaldar las declaraciones del exgobernador Ríos Alvarado, quien ha dicho claramente que no tiene de que temer, porque sencillamente no ha cometido falta alguna a la Ley.

Pero como la mayoría de los legisladores federales sí tienen cola que les pisen, no hablaron más de la cuenta. Se quedaron calladitos, porque aún con los acuerdos, no hay plena garantía de que algún día no los aprehendan por enriquecimiento ilícito.

El Gobierno del Estado ya picó el panal.

Consecuentemente se ha alborotado el avispero y cuentan que en el altiplano ya se mueve la clase política priista para entrar en acción.

Hasta ahora ha sido el propio presidente del PRI nacional quien se ha puesto al frente de la defensa de uno de sus militantes distinguidos, ahora en la cárcel preventiva para garantizar que no se irá a ningún lado.

Pero, bajita la mano, hay informes en el sentido de que fuerzas políticas de gran tamaño, sin descartar el poder empresarial, han comenzado a trabajar unidos para enfrentar los retos que ya se están haciendo evidentes con otra clase política, en el Estado de Veracruz.

Aquí mismo hay fuentes que revelan que dentro del mismo equipo gubernamental ya no están jalando parejo. Que comienzan a disentir en la forma en que ahora se está llevando a cabo este gobierno que apenas durará dos años y después, como muchos dicen, quién los defenderá.

Seguramente que no vendrá el chapulín colorado.

Y mañana, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.