23 de Abril de 2024

Por Nina Salguero

La historia de la hoy Diócesis de Tuxpan, Veracruz; tiene mucho que ver con aquellos hombres santos que la Iglesia ha elevado a los altares.

Tal es el caso de Monseñor Rafael Guizar y Valencia, controvertido hombre de Dios, cuya historia personal se entremezcla con la de personajes revolucionarios; en las memorias dejadas a las generaciones venideras, Ignacio Lehonor Arroyo+, posteriormente Primer Obispo de Tuxpan, la narrativa de su libro TESTIGO FIEL, de ediciones Rafael Guizar y Valencia, plasma de manera sencilla sin querer hacer alarde de su sabiduría, sus vivencias al lado del obispo misionero.

Guizar y Valencia recorrió la huasteca, amaba profundamente su ministerio sacerdotal, y de vez en vez caía en esas crisis de los elegidos al preguntarle a Dios ¿Qué quieres de mí? Pues su celo apostólico era de tal magnitud que parecía no cansarse. Ignacio Lehonor Arroyo, joven ayudante de Guizar y Valencia; estuvo presente cuando se exhumaron los restos del Obispo Rafael Guizar, la tumba estaba llena de agua, yerbas y lodo; no pudo ser más que por inspiración divina, que el joven  Lehonor Arroyo, buscara un desarmador e intentara abrir el féretro oxidado “me encontré en la pieza un desarmador y con él comencé a querer destapar la caja, abriendo la primera tapa que estaba toda enmohecida”  Ignacio Lehonor, cuenta como el cuerpo del Obispo Rafael Guizar, estaba intacto, es decir incorrupto.

El féretro fue llevado a la Casa de las monjas Adoratrices, mismas que limpiaban el agua que manaba sin cesar del cuerpo del Guizar y Valencia, una mujer  laica recogió el agua y al día siguiente vio como una costra apareció en la superficie, admirada la llevó a un laboratorio  químico para su análisis, mismo que arrojó lo siguiente: ES SANGRE HUMANA.

Ignacio Lehonor Arroyo, narra un episodio importante en la historia de la entidad veracruzana: “La Revolución de 1910 más o menos terminaba en el año 1920, sin haber motivos, la revolución se echó sobre la iglesia católica, los revolucionarios especialmente los carrancistas, profanaban las iglesias, se robaban los vasos sagrados, cogían los ornamentos sacerdotales para sudaderas de los caballos, los manteles y las albas, servían para vestidos de las soldaderas. Llegó a Xalapa el General Cándido Aguilar, para tomar la ciudad en nombre de la revolución, al día siguiente mandó llamar a todos los sacerdotes de la ciudad. Estos pensaban que les iba a dar las gracias por la ayuda que habían procurado a la recepción de las fuerzas carrancistas. El General les dijo rotundamente: Tienen doce horas para abandonar la ciudad”.

En 1931 se vuelven a cerrar los cultos en la entidad debido a la Ley Tejeda, Gobernador Adalberto Tejeda (1920-24, Primer periodo) en 1937 Lázaro Cárdenas recibe una comisión de inconformes y les dice: “Digan a los curas que no se metan con las escuelas porque éstas son de exclusivo derecho del gobierno” Miguel Alemán, comenzó a ejercer como gobernador y Senador en el año de 1930 al poco tiempo permitió que las iglesias retomaran sus actividades.

Doctor en Teología, Ignacio Lehonor, ordenado sacerdote en Roma, posteriormente  nombrado Primer Obispo de Tuxpan, en ese periodo y dada la importancia  de su encomienda, la Erección de Tuxpan, como Diócesis fue una realidad.

HUAPANGUEROS EN PELIGRO DE EXTINCIÓN

Es urgente propiciar el retorno a nuestras raíces, a nuestro folklor, los pocos huapangueros que quedan provienen de otros municipios como Chicontepec, Tantoyuca y otros cercanos, es triste pero es cierto, nos invaden otras culturas como el Halloween que no tienen nada que ver con lo nuestro, con nuestras más puras  raíces, así como el libro El Ultimo de los Mohicanos, los últimos huapangueros de antaño, desaparecieron del mapa, uno de ellos “Enfermó del corazón”; se les veía entrando a las cantinas y siempre sujetos a lo que el cliente quisiera dar para ellos, es decir la dádiva que no era mucha y a fuerza de gastar la garganta, sacaban lo justo para llevar a casa.

Lo que tenemos pues, hay que cuidarlo, apoyar a la cultura popular, rescatar lo que nos queda, si no nos duele nuestro pueblo y su conocimiento ¡¡¿Qué será de ellos!!?.

El huapango, amor sin palabras, amor que se dice zapateando, burlando el contacto de piel a piel, para concluir en un beso místico que no se acaba jamás.

Datos interesantes

La torre de la Iglesia Catedral de Tuxpan  tiene una leyenda en griego antiguo que dice:

Dios Santo, Dios Fuerte, Dios Inmortal, Ruega por Nosotros.