28 de Marzo de 2024

Por Myriam Lagunes Marín

Se aproxima el día de las madres y con él un montón de publicidad que poco ha cambiado a lo largo de los años, si naciste en México en los 80’s o después seguramente participaste en algún bailable de tu escuela en el festival del 10 de mayo donde de fondo podías escuchar “señora señora” de Denisse de Kalafe, “Mamá” de Timbiriche o te tocó recitar algún poema donde se enaltece la maternidad por sobre cualquier otra cualidad y se asocia con noches interminables sin dormir por cuidar hijos enfermos o sobre cómo se quitan el pan de la boca porque su familia coma, pero ¿es en realidad el sufrimiento parte esencial del convertirse en madre?

El rol social de las mujeres históricamente ha sido de brindar cuidados y ser “pilar de la casa”, esta idea se ha sustentado en teorías biológicas sobre la mayor capacidad para la formación de los hijos o por medio de dogmas religiosos donde se asegura que es designio divino que por nacer niña el mayor logro al que se puede aspirar es contraer matrimonio y formar una familia, con la modernidad se ha añadido también la tarea de ser productivas económicamente, dando como resultado una sobre exigencia y relaciones inequitativas respecto a las tarea domésticas.

En las últimas décadas el movimiento feminista se ha encargado de analizar todas estas imágenes que hemos interiorizado acerca de la maternidad y que tanta validez tienen, si le quitamos la parte de amor desinteresado a la descripción de ser madre más bien parece que estamos describiendo algo muy similar a la esclavitud moderna, investigadoras como Marcela Lagarde nos hablan acerca de cómo hemos aceptado de manera natural asignar los trabajos de cuidado a un género, de manera que las mujeres al volverse madres acaban con jornadas de 24 horas los siete días de la semana sin goce de sueldo.

Examinar minuciosamente la labor de ser madre y señalar la desigualdad en las tareas del hogar no tiene como objetivo crear seres individualistas y faltos de perspectiva del otro, sino de inculcar la responsabilidad compartida de manera equitativa al formar una familia, glorificar el sufrimiento en el ejercicio de la maternidad nos hace pensar que es normal explotar a otra persona con el amor como pretexto, así que este día de las madres puedes regalar tu granito de arena en la lucha por que el trabajo de crianza no sea solo de una.