25 de Abril de 2024

Macho alfa, brazo de albañil, pecho en pelo, lomo plateado…

Por Miriam Lagunes Marín

Las redes sociales nos dan la oportunidad de comunicar nuestros pensamientos y relacionarnos con personas que quizás en otras circunstancias no podríamos, hay contenidos que por el interés general llegan a hacerse virales, también de vez en cuando algún chiste se hace tendencia y empezamos a ver variaciones de acuerdo al ingenio de cada usuario, pero si profundizamos más allá del humor podemos encontrar cuales son las ideas compartidas culturalmente, aunque el hecho de que un grupo piense del mismo modo no necesariamente quiere decir que sea lo más correcto.

Un ejemplo de ello son los memes acerca de las madres solteras, a pesar de que sabemos que en México tres de cada diez hogares son llevado por jefas de familia y son un sector bastante vulnerable, encima perpetuamos estereotipos negativos en modo de burla, haciendo referencia a las luchonas cuatro por cuatro, de igual modo podría mencionar un sinfín de publicaciones de contenido racista, clasista y sexista que hemos naturalizado al grado de pasar desapercibidos o ser tomado como una broma inocente, pero ahora quiero enfocarme a los prejuicios respecto a la masculinidad.

Desde el momento en que nacemos se no diferencia por sexo con base en nuestras características biológicas, luego empiezan un serie de expectativas dependiendo si nos identifican como niña o niño, empezando por los colores de la ropa, el tipo de juguetes que nos regalan y más adelante las actividades que nos preparan para cumplir con el rol asignado, de modo que a las mujeres nos empiezan a entrenar en el cuidado del hogar  mientras que a los hombres se les impulsa a capacitarse en actividades con remuneración económica, de igual modo se les alienta a suprimir emociones  y a desentenderse de cualquier actividad asociada a la feminidad, como son el cuidado personal y el ejercicio de la paternidad responsable, difícilmente vemos a un niño con un juguete en forma de bebé porque no es a actividad que se espera de él.

Toda esta formación nos impacta en nuestra vida adulta, si bien hay muchos programas que hablan de nuevas masculinidades siempre nos encontramos con resistencias culturales, aquí es donde entran la críticas en las diversas redes sociales hacia loa hombres que no cumplen con la norma, solo se acepta un tipo de varón, el que puede destapar una caguama con los dientes y tiene varias parejas, si bien vamos cambiando como sociedad aún está muy presente la idea de que si no eres el sustento de tu familia tu valor es menos.

Los estereotipos de género nos afectan como sociedad, no solo como mujeres, es necesario dejar de repetir este esquema jerárquico que ha resultado en violencia, la necesidad de constantemente probar la masculinidad es tanto desgastante como peligrosa, dejemos de lado esta idea de la princesa indefensa que necesita ser salvada y del príncipe todo poderoso, empecemos a reeducarnos como seres humanos con los mismos derechos y oportunidades.