28 de Marzo de 2024

El Trabajo Invisible

Por Miriam Lagunes

Actualmente se estima que el trabajo no remunerado es realizado principalmente por mujeres y es equivalente al 24.2% del producto interno bruto del país, lo cual quiere decir que realizamos una labor de aproximadamente 4.4 billones de pesos de manera gratuita, cuidar de niños y ancianos, personas enfermas, cocinar, limpiar y demás tareas del hogar son realizadas sin recibir un beneficio económico a cambio, haciendo de nosotras la fuerza laboral más vulnerable e invisible socialmente.

Se dice que las mujeres en general realizamos una doble o triple jornada, lo cual significa que aparte de tener un trabajo pagado, ya sea en una oficina o demás labores de medio tiempo fuera de nuestro hogar, también contribuimos a las tareas domésticas y después de todo, también buscamos un ingreso extra o damos seguimiento a otras actividades más allá del empleo formal o de lo que nos demanda nuestra casa, a diferencia de nuestros compañeros varones, quienes usualmente solo tienen un turno.

Las labores domésticas son de las más necesarias y a su vez de las menos tomadas en cuenta, en la actualidad las mujeres nos hemos adentrado en el mercado laboral ocupando puestos de toma de decisiones, en algunos casos superando a nuestros compañeros en el esquema jerárquico en las empresas privadas e instituciones públicas, sin embargo, el trabajo casero sigue siendo un campo dedicado casi de manera exclusiva a las mujeres y con pocas posibilidades de recibir un sueldo digno o las prestaciones que indica la ley.

Pareciera que las actividades históricamente asignadas a las mujeres y que son asociadas con la feminidad no se les aprecia del mismo modo que las asignadas a los hombres, podría justificarse quizás por una cuestión de fuerza o ingenio necesarias para realizarlas, pero la realidad es que ningún sexo está más o menos capacitado para llevarlas a cabo, visto de este modo, la brecha salarial es una realidad en el sentido de que las personas que llevan a cabo labores asociadas a lo femenino son menos reconocidas.

Las leyes en México reconocen el trabajo doméstico no remunerado a la par del trabajo laboral cuando hay una relación de índole marital de por medio, esto puede traducirse al derecho de acceder una pensión y al 50% de los bienes después de un divorcio o separación si te dedicaste exclusivamente a las labores domésticas,  también podemos destacar el reconocimiento de la violencia económica cuando son condicionados los recursos básicos para subsistir si te enfocaste únicamente al hogar, pero todavía sigue siendo menospreciada la aportación que realizamos las mujeres cuando no se nos paga, poniendo en duda nuestra contribución si nos quedamos en casa o nuestro valor moral su buscamos reconocimiento fuera de ella.

El feminismo no persigue que todas salgan al mercado laboral ni que necesariamente se queden criando hijos en sus casas, la meta es que sepamos valorar el trabajo realizado y visibilizar el esfuerzo individual en el objetivo colectivo de crear una sociedad donde todos gocemos los mismos derechos; por esas mujeres que se les va la vida en la cocina, su labor también vale.