16 de Abril de 2024

Se metieron con el tepiteño

Por Salvador García Soto

En el pleito entre Yeidckol Polevnsky y Cuauhtémoc Blanco todo indica que el que lleva las de ganar es el exfutbolista y gobernador electo de Morelos. Porque aunque los fuertes reclamos de la presidenta de Morena al exseleccionado nacional tengan la razón política, el pequeño detalle es que Blanco no es político ni entiende ni practica esos códigos. Para Cuauhtémoc el razonamiento es más simple pero igualmente válido: él ya traía por sí sólo la fuerza para ganar la gubernatura y las encuestas lo declaraban favorito absoluto aún antes de aliarse con Morena, por lo que en sentido estricto quizás sea el único gobernador que no le debe su triunfo a Andrés Manuel López Obrador.

Yeidckol, que también es bragada en la política -“se les va a aparecer el diablo”- se topó sin quererlo ni proponérselo con un originario del Barrio Bravo que, ya se vio en su etapa de estrella del futbol, no se detiene ante nada cuando lo provocan y lo hacen enojar. “Sí le digo a la señora con todo respeto que es una mujer, que no me voy a dejar, es una mujer y la respeto, siempre he respetado a las mujeres, pero no me voy a dejar, no va ofender a mi gente y no me va a ofender a mí, que me voy a defender y le voy a contestar porque si no sabe lo que está pasando en Morelos, mejor que se quede calladita, eso es lo único que le pido que se quede callada, y si quiere un día nos sentamos y lo platicamos y decirle las verdades como son”, le respondió el gobernador electo a la dirigente de Morena.

El origen del pleito tiene que ver con los diputados de Morena que se fueron al PES, según Yeidckol “porque los sobornaron”, mientras que Blanco y su vocero, José Manuel Sáenz, aseguran que fue una división interna del partido morenista lo que llevó a los legisladores a acercarse a Encuentro Social. Y el otro motivo que desató este enfrentamiento es Rabindranath Salazar, quien fue el candidato de Morena a la gubernatura sacrificado en aras de la alianza con el PES, que condicionó la coalición a que el candidato fuera Blanco. Y como Cuauhtémoc y su equipo se negaron a integrar a Rabin como secretario de Gobierno y a compartir posiciones de gobierno, López Obrador designará a Salazar coordinador estatal de Desarrollo en Morelos y desde ahí será la “cuña” del gobierno federal y la piedra en el zapato para el aguerrido gobernador morelense.

Los pleitos entre Morena y el PES dejan claro que esa alianza le salió cara a López Obrador, porque los dos puntos que Encuentro Social le aportó no pesaron tanto, comparado con lo que obtuvo a cambio el partido de Hugo Éric Flores, que en el pleito de Morelos se desentiende de Cuauhtémoc y voltea para otro lado.

Y ante el agarrón de pronóstico reservado entre el bravo tepiteño y la aguerrida dirigente, en el Palacio de Gobierno, ya solo y haciendo las maletas, el saliente gobernador Graco Ramírez debe estar repitiendo “se los dije”, por el alacrán que los morenistas levantaron en Morelos.

NOTAS INDISCRETAS… Todo este episodio de una alianza, como la de Morena-PES que se hace añicos, nos recuerda cómo fue que se dio la llegada de Encuentro Social a los brazos de la “Cuarta Transformación”. Luego de que en el PRI despreciaran al partido de los evangélicos, con todo y los nexos directos entre el partido de Hugo Éric Flores y personajes del gobierno de Peña Nieto como el exsecretario de Gobernación, Miguel Osorio, los del PES fueron orillados a sentarse con López Obrador, lo que a la postre les convino mucho más que si hubieran ido con los priistas. Hugo Éric habló desde el año pasado con Osorio para preguntarle qué harían y si el presidente quería al PES como aliado del PRI; el entonces secretario pidió ver al presidente y Peña lo recibió en Los Pinos, pero acompañado de Aurelio Nuño, ya coordinador de la campaña de Meade. “Qué les decimos, presidente”, preguntó Osorio, y Peña le dejó la respuesta a Aurelio, que no dudó un segundo en recomendar que el PES se fuera con Morena: “Que se vayan con López Obrador, a nosotros no nos sirven”, dijo Nuño. Osorio se mostró en desacuerdo: “Hay que evaluarlo muy bien presidente, ellos son nuestros aliados y tienen su fuerza”, dijo. Pero Peña volvió a dejarle la decisión a Nuño: “Que se vayan”, dijo el extitular de la SEP. Y lo que pasó ya es historia. Vino el “tsunami” lopezobradorista que, con todo y PES, los arrasó… A propósito de Aurelio Nuño, en el PRI toma fuerza la versión de que el excoordinador de campaña será invitado por Claudia Ruiz Massieu a presidir la Fundación Colosio. ¿En serio? Si esos son los ideólogos del PRI seguirán perdidos… Los dados mandan Serpiente. Falla el tiro.