23 de Noviembre de 2024

Con qué frecuencia alimentar a tu bebé con leche materna

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En los primeros días de vida de tu bebé, su estómago es pequeño y no necesita grandes cantidades de leche en cada toma para sentirse satisfecho.

Es normal que desee comer con frecuencia, aproximadamente cada 1 a 3 horas. Esta alimentación frecuente no solo ayuda a aumentar tu suministro de leche, sino que también permite al bebé practicar la succión y la deglución. Podrás escuchar los sonidos de succión y tragar mientras se alimenta de tu leche materna.

Es importante destacar que la mayoría de los bebés que reciben leche materna no necesitan ser complementados con fórmula infantil en los primeros días de vida.

Sin embargo, si tienes alguna preocupación acerca de satisfacer las necesidades de tu bebé, es recomendable que hables de inmediato con un asesor de lactancia, el personal de enfermería o el médico de tu bebé para recibir orientación sobre cómo abordar cualquier problema con la lactancia materna y asegurarte de satisfacer las necesidades de tu pequeño.

Conforme tu bebé crece, su estómago también se desarrolla, permitiéndole beber mayores cantidades de leche materna en cada alimentación.

Durante las primeras semanas y meses, el intervalo entre cada toma se extenderá gradualmente, en promedio, a unas 2 a 4 horas para la mayoría de los bebés alimentados exclusivamente con leche materna.

Algunos bebés pueden alimentarse con una frecuencia de hasta una vez por hora, en lo que se conoce como "alimentaciones de maratón", mientras que otros pueden tener intervalos de sueño más prolongados, de 4 a 5 horas.

Es normal que la frecuencia de las tomas varíe a lo largo del día. Algunas sesiones de alimentación pueden ser largas y otras cortas, y eso está bien.

Los bebés generalmente toman lo que necesitan en cada toma y dejan de comer cuando están satisfechos. Después de alimentarse lo suficiente, tu bebé debería estar contento y mostrar señales de sueño.

En el periodo de 6 a 12 meses, los patrones de alimentación de los bebés amamantados pueden cambiar a medida que comienzan a incorporar alimentos sólidos a su dieta. Es importante seguir prestando atención a las señales de hambre de tu bebé y alimentarlo cuando las manifieste, en lo que se conoce como "lactancia a demanda".

Si tu bebé parece menos interesado en la leche materna después de la introducción de alimentos sólidos, puedes amamantarlo antes de ofrecerle los alimentos.

Es esencial destacar que la leche materna sigue siendo la fuente más importante de nutrición para tu bebé, incluso después de comenzar a introducir alimentos sólidos en su dieta.

A partir de los 12 meses y hasta los 24 meses, la cantidad de veces al día que un niño pequeño toma leche materna puede variar. Algunos bebés pueden preferir tomar leche materna solo antes de dormir o por la mañana, mientras que otros continúan consumiéndola como una porción más significativa de su dieta diaria.

Como madre, debes seguir las señales y necesidades de tu hijo para decidir cuándo tiene hambre y desea amamantar.

Recuerda que cada bebé es único y las necesidades de alimentación pueden variar. Siempre es recomendable buscar asesoramiento de profesionales de la salud, como asesores de lactancia, personal de enfermería o médicos, para asegurarte de que estás satisfaciendo adecuadamente las necesidades de tu bebé durante su crecimiento y desarrollo.

Recomendaciones para una lactancia materna exitosa

Con el fin de promover una lactancia materna exitosa, es importante tener en cuenta una serie de recomendaciones.

En primer lugar, se debe ofrecer el pecho al bebé a demanda, permitiéndole alimentarse cuando lo solicite, sin imponer horarios preestablecidos. Además, es fundamental asegurarse de que el bebé tome el pecho entre 8 y 12 veces en un periodo de 24 horas, lo que garantizará una adecuada ingesta de leche materna.

Es importante evitar ofrecer fórmulas de inicio o cualquier otro líquido al bebé, ya que esto puede interferir con la lactancia materna y dificultar su establecimiento. Asimismo, tanto la madre como el bebé deben adoptar posturas cómodas durante la lactancia.

La madre debe sentarse con la espalda recta y los hombros relajados, mientras que el bebé debe acercarse al pecho de la madre en lugar de que sea al revés.

Para facilitar la correcta succión, se recomienda estimular el labio superior del bebé y asegurarse de que tome el pezón y la mayor parte de la aréola con los labios evertidos.

Es importante que la madre observe la deglución del bebé durante la lactancia, lo que le permitirá asegurarse de que está alimentándose adecuadamente.

Es normal que el bebé pierda peso en los primeros días después del nacimiento, pero esta pérdida suele ser temporal y se recupera gradualmente a medida que la lactancia se establece.

Sin embargo, si surgen dudas o problemas con la lactancia, es recomendable acudir a una consulta especializada, donde se pueda brindar el apoyo y la orientación necesarios para superar cualquier dificultad y promover una lactancia materna exitosa.