Un golpe de calor supone uno de los casos más graves de hipertermia. Se trata del sobrecalentamiento del cuerpo generalmente a causa de las altas temperaturas. Surge a consecuencia de que el organismo no es capaz de regular la temperatura corporal, generando así deshidratación e incluso que algunos órganos dejen de funcionar de la manera habitual.
La gran mayoría de episodios de golpe de calor se dan entre los meses de julio y agosto; durante estos meses. La gran mayoría de casos tienen lugar durante las primeras 24 horas de una ola de calor ya que el cuerpo todavía no se ha acostumbrado a esta temperatura exterior tan elevada.
En torno al 80% de las personas que sufren un golpe de calor tienen más de 65 años, por lo que este grupo de población es especialmente crítico a esta condición.
¿Qué es un golpe de calor?
Se conoce como golpe de calor a la situación que se genera cuando la temperatura corporal es superior a los 40ºC. La temperatura idónea ronda los 37ºC; no obstante, el organismo es muy sensible a las variaciones externas, de modo que una temperatura exterior elevada puede dar lugar a un golpe de calor.
El organismo cuenta con una gran selección de mecanismos que de algún modo regulan su temperatura y evitan que esta aumente más de lo debido, como por ejemplo el sudor. Pues bien, cuando se da un golpe de calor, estos mecanismos detienen su funcionamiento, de forma que aumenta la temperatura corporal y se pierden una gran cantidad de líquidos del cuerpo. Aunque las complicaciones originadas a partir de un golpe de calor no son muy habituales, en los casos más graves se pueden dar daños neurológicos.
Aunque todo el mundo es sensible a sufrir un golpe de calor, los grupos de población más vulnerables son los ancianos y los niños menores de cinco años. También turistas originarios de países con un clima frío que viajan a destinos cálidos, con una climatología a la que no están acostumbrados.
Otros grupos de población sensibles a un golpe de calor son: personas con enfermedades crónicas como la diabetes o trastornos cardiovasculares, personas con sobrepeso, y trabajadores que realizan sus tareas al aire libre.
Causas
El sudor es un mecanismo de defensa propio del organismo para que la temperatura corporal no aumente en exceso. Pues bien, cuando la temperatura exterior es muy elevada, la expulsión del sudor se vuelve más lenta; así, si no se han tomado medidas adicionales como por ejemplo mantener una buena hidratación, el cuerpo no tiene capacidad para refrescarse.
Es entonces cuando se eleva la temperatura corporal y se da una deshidratación; ambas condiciones evitan que algunos órganos funcionen correctamente, dando lugar a un amplio abanico de síntomas. Por lo tanto, si no se toman medidas con urgencia, los indicios empeoran de forma progresiva.
Síntomas de un golpe de calor
Es importante prestar la máxima atención a los síntomas propios del golpe de calor ya que, ante la presencia de los mismos, es importante solicitar asistencia médica de forma urgente.
Uno de los principales síntomas es el mareo, el cual suele darse acompañado de una gran sensación de confusión y desorientación. Además, el golpe de calor genera una sudoración excesiva al inicio; así, a medida que la persona en cuestión va perdiendo líquidos corporales, la cantidad de sudor va disminuyendo de manera progresiva.
La piel presenta un aspecto enrojecido y seco. Por supuesto, la temperatura corporal es elevada, generalmente por encima de los 39,4ºC.
Algunos de los síntomas más graves relacionados con esta condición son: aceleración del ritmo cardíaco, dolor de cabeza muy intenso, inconsciencia, e incluso ataques con convulsiones. También pueden prestarte vómitos frecuentes y dificultad para respirar.
¿Cómo actuar si ocurre?
Tal y como hemos señalado, una rápida actuación ante un golpe de calor puede evitar complicaciones y problemas de salud tanto a corto como a largo plazo. Explicamos el protocolo de actuación a continuación.
Lo primero y más importante es colocar a la persona en un sitio a la sombra, que esté lo más fresco posible; además, para aliviar el mareo, resulta conveniente colocarle los pies en alto. Una vez la persona se encuentre en un lugar protegido y seguro, se debe solicitar asistencia médica.
Si el golpe de calor se ha producido en casa, lo mejor es desvestir a la persona y colocarle compresas empapadas en agua fría en zonas como las axilas o las ingles; de esta manera, disminuye su temperatura corporal. También se le puede bañar en agua fría.
Resulta aconsejable controlar su temperatura corporal cada pocos minutos; de esta manera, cuando llegue la asistencia médica, se le puede comunicar la variación de la temperatura para facilitar el diagnóstico.
Si hay algo que en ningún caso se debe hacer si el golpe de calor se ha producido en el exterior es quitarle la ropa, aunque sienta calor. Y es que el tejido de las prendas retiene en gran medida la humedad, evitando así la deshidratación.
Consejos para evitar un golpe de calor
Ejercicio físico: no es aconsejable realizar ejercicio físico durante las horas centrales del día; durante la época estival.
Exposición al sol: el deseo de lograr un buen bronceado lleva a muchísimas personas a pasar una gran cantidad de horas expuestas al sol desde el primer día de buen tiempo. Pues bien, para evitar un golpe de calor lo ideal es que la exposición al sol sea progresiva en relación al tiempo; 30 minutos el primer día, 40 el segundo... En ningún caso se debe estar expuesto al sol más de dos horas seguidas.
Alcohol: el consumo de alcohol aumenta el metabolismo y, con ello, la temperatura corporal.
Alimentación: respecto a la alimentación, en verano es recomendable evitar las comidas grasas ya que su digestión proporciona una gran cantidad de calorías al organismo. Las comidas calientes tampoco son una buena idea.
Hidratación: por supuesto, es esencial estar correctamente hidratado; tomar al menos dos litros de agua diarios. Aunque esto es muy importante en todo el mundo, es especialmente crítico en ancianos y niños.