El desgaste de tu auto no solo ocurre con el uso cotidiano, sino también durante un viaje por carretera. Por ello, al concluir tu traslado de ida y vuelta, es necesario hacer una revisión para descartar problemas y prolongar la vida de los sistemas de tu vehículo.
Darle mantenimiento a un auto después de concluir un viaje es igual de importante que hacerlo antes de salir a la carretera. No solo para garantizar que el vehículo llegue en condiciones óptimas a tu destino, sino para mantenerte seguro en el trayecto.
Y el desgaste no solo se relaciona con el sistema mecánico, ya que las condiciones climáticas, los agentes o cuerpos extraños que se alojan en la carretera y demás condiciones a las que exponemos el vehículo también afectan su rendimiento.
Sin embargo, hay una serie de elementos de tu auto que se esfuerzan más que otros, en especial, durante un recorrido de varios kilómetros. Por ello, en Autopistas te explicamos qué es lo que debes revisar para evitar contratiempos futuros.
Limpia la carrocería de tu auto
Lo primero, y más evidente a la vista, es limpiar la carrocería del vehículo. Y es que cuando vamos a un destino donde hay arena, tierra o polvo estos agentes externos se quedan atrapados en el chasis, en interiores y en los parabrisas del auto.
Asimismo, los insectos, ramas, hojas y rocas que saltan en la carretera también pueden ocasionar daños permanentes en la pintura de la carrocería. Así que no te olvides de limpiar a profundidad cada rincón de tu vehículo. Un buen tip es encerar los interiores y exteriores después de tu viaje.
Revisa la presión de las llantas
Con el calor del asfalto, los cambios en la temperatura y el peso que agrega nuestro equipaje en la cajuela, los neumáticos tienden a sufrir daños. Por lo tanto, después de concluir tu viaje se recomienda revisar la presión.
De acuerdo con un artículo de Bardahl, el calor del pavimento ocasiona que el aire se expanda dentro de las llantas. En consecuencia, la presión incrementa y, en el peor de los casos, se podría reventar el neumático.
Lo cierto es que, una vez que los neumáticos se enfrían, regresan a su estado normal. Aun así, es importante supervisar que las llantas se encuentren en los niveles de presión adecuados.
Checa el nivel de anticongelante
Durante un viaje largo, el sistema de enfriamiento trabaja a marchas forzadas con el anticongelante para proteger el motor, prevenir la formación de espuma al interior y evitar la oxidación o la corrosión.
Así que, al llegar a casa, no olvides checar los niveles y la calidad del líquido anticongelante y, en caso de ser necesario, purgar y sustituirlo.
Realiza un cambio de aceite
Si bien el cambio de aceite se debe realizar antes de un viaje, toma en cuenta que si tu auto recorrió más de 10 mil kilómetros es necesario sustituirlo al terminar el recorrido, según señala Bardahl.
Para ello, puedes cambiarlo por uno nuevo o agregar aceite lubricante para reemplazar los litros que fueron quemados durante el trayecto al mantener encendido el motor por tanto tiempo.
Limpieza del motor de tu auto
Si viajas a lugares como la playa, donde hay arena, te recomendamos acudir con un especialista para efectuar la limpieza del motor sin dañar los componentes.
Algunos componentes naturales, como la sal, e incluso los bichitos, son capaces de obstruir componentes delicados del sistema del auto, como lo son los filtros e inyectores de combustión.
Evalúa el estado de los frenos del auto
Por último, recuerda revisar frecuentemente que los frenos del carro funcionen bien, ya que son el componente principal para mantenerte seguro en la carretera y reducir el riesgo de accidentes en condiciones de climas extremos, como las lluvias o granizo.
La revisión de los frenos después de un viaje implica reemplazar las piezas desgastadas en la carretera, como las pastillas, el disco, el líquido, las balatas o el pedal.
Con estas medidas, tu auto estará listo para continuar acompañándote en tus actividades diarias.