23 de Noviembre de 2024

¿Cuándo ir a terapia psicológica?

 

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Tomar la decisión de comenzar un proceso de terapia psicológica nunca es fácil, y a veces una persona no sabe si debe o no ir, o si el problema que le preocupa es tal como para acudir a un profesional y exponerlo.

La persona debe ir a terapia porque así lo desee

Hay que tener en cuenta que expresar las preocupaciones, sentimientos y emociones más profundas ante un extraño, aunque esta figura esté formada para ello, es difícil, así como también se necesita de una gran honestidad para ser sincero y voluntad para poder resolver aquello que te ha llevado a la consulta.

Es importante que sea la persona la que decida ir por voluntad propia, aunque familiares y amigos lo aconsejen o se lo hagan ver, pero que sea la persona que necesita ayuda la que en última instancia tome la decisión de mejorar y arreglar su problemática. Esto nos dice el grado de consciencia que posee la persona y la percepción del problema.

Son muchos los motivos por los que se puede acudir al psicólogo, como por ejemplo: ansiedad, duelo, baja autoestima, crisis personal, soledad, estrés, depresión, problemas de pareja que pueden solucionarse yendo a terapia de pareja, etc., (pensamientos que agobian o provocan miedo, conductas que te dañan o perjudican, inseguridad, baja autoestima, estado de ánimo cambiante…)

¿Qué te puede aportar el ir a terapia psicológica?

En general un psicólogo trata los síntomas, es decir, le da herramientas y técnicas al paciente para que éste aprenda a manejar lo que le ha llevado a estar mal. Ofrece psicoeducación, considerada como una parte muy importante dentro de la terapia, porque ayuda a que el paciente interiorice y entienda con explicaciones científicas y respaldadas por qué le está ocurriendo eso.

El profesional debe ser cercano, mostrar empatía, saber escuchar de forma activa, etc. La persona que acude a terapia debe sentir que ese espacio es un desahogo, que hay alguien que le entiende y que sabe lo que le está ocurriendo, que le va a acompañar en el proceso.

El número de sesiones es muy relativo, ya que depende de la persona y sus características, así como del problema, y de la implicación en el proceso. Tras las sesiones hay un proyecto de cada paciente a nivel individual, en el que deben trabajar y plantearse metas y objetivos, planificar como llegar a ellos y cómo todo ese conjunto les hace sentir.

Una vez finalizadas las sesiones oportunas, se suele proponer una sesión mensual o bimensual a modo de seguimiento. En este punto, la persona se encuentra mejor, sabe lo que le ha ocurrido y ha aprendido a interiorizarlo y a manejarlo de forma exitosa, por tanto debe seguir el camino sin el apoyo semanal del profesional, hasta ser dado de alta.

¿Cómo se aborda una primera sesión de terapia psicológica?

Se evalúa los factores que pueden estar incidiendo en el problema que la persona nos comenta que más le está impidiendo llevar una vida normal, y a partir de ahí se empieza a trabajar y a abordar las diferentes situaciones que le resultan difíciles y le están superando.

El trabajo del psicólogo es acompañar a la persona que solicita la ayuda, motivarlo y apoyarlo para que poco a poco se sienta capaz de afrontar y tomar sus propias decisiones con seguridad y confianza, darle herramientas y estrategias, así como hacerle descubrir que de alguna manera posee armas de las que él seguramente no era ni consciente.

El objetivo final siempre es mejorar, llegar a encontrar un bienestar relativo dentro de los problemas y adversidades que todos debemos encarar en algún momento de la vida. Desde mi consulta psicológica en Málaga estaré encantada de ayudarte, juntos nos encaminaremos hasta conseguir todo lo que te propongas.

Señales que necesitas comenzar un proceso terapéutico

Un psicólogo te ayuda si estás pasando por estas situaciones difíciles en tu vida:

Te sientes desmotivado y con poca energía: Si vives tus días con baja energía y las cosas que te emocionaban antes no lo hacen más, puede ser un síntoma de depresión, por lo que un terapeuta te puede dar técnicas para activarte.

No puedes dejar de pensar en un recuerdo doloroso de tu pasado: Si tu mente sigue trayendo un trauma de tu pasado y no te deja en paz, puede ser que sea momento de discutirlo con un profesional de la salud mental, para así quitarle poder e irlo superando.

Tienes problemas en tus relaciones: Si estás teniendo peleas o malentendidos constantes en tus relaciones personales, sea con amigos, familiares o colaboradores, la terapia te ayudará a entender la raíz de esos problemas y cómo solucionarlos.

Te sientes tan estresado que llegas a presentar síntomas físicos: Cuando tus niveles de estrés o ansiedad son tan altos que se manifiestan a nivel corporal, ese es tu cuerpo indicando que es momento de pedir ayuda.

Te sientes muy inseguro o con baja autoestima: En terapia, puedes comenzar a trabajar en aceptarte y ser más confiado, reconociéndote como una persona de valor y que se merece una buena vida.

Tus seres queridos están preocupados por ti: Si tus amigos y familiares te recomiendan ir a terapia, lo probable es que te vean atravesando mucho dolor y quieran lo mejor para ti. Es momento de escucharlos.

Tienes dudas sobre tu futuro: En terapia, puedes discutir la incertidumbre que te genera tu futuro, ayudando así a aliviar la ansiedad al respecto.

Sientes malestar en tu vida diaria: Si constantemente tienes emociones y pensamientos negativos, recuerda que no hay necesidad de sufrir en silencio. Un terapeuta te da herramientas para sobrellevar lo que necesites y no desbordarte.

Has probado otras cosas y nada funciona o ayuda: Si has buscado ayuda en hablar con amigos, hacer ejercicio, comer y/o dormir mejor, técnicas de autoayuda, y nada ha funcionado, acudir a un profesional puede ser lo mejor.