Ya sea que estés tratando de perder peso o mantener un peso saludable, es probable que te hayas preguntado sobre el papel que juega tu metabolismo en este proceso.
Todos conocemos a alguien que tiene la suerte de tener un metabolismo rápido, que es capaz de comer todo lo que quiera mientras se mantiene delgado. Luego tienes lo contrario, las personas que comen la misma cantidad, pero aumentan de peso fácilmente. Aquí la pregunta es si tenemos algún control real sobre nuestro metabolismo.
Hay mucho que se puede hacer para conseguir tener un metabolismo saludable. Y las formas de hacerlo pueden ser más simples de lo que piensas.
¿Qué es el metabolismo?
El metabolismo es el proceso de convertir fuentes de energía, como los alimentos que comemos, en energía real que el cuerpo utiliza para llevar a cabo su extensa lista de tareas.
La cantidad de energía que se necesita depende de la tasa metabólica basal de cada persona, que es la cantidad mínima de energía que tu cuerpo necesita para llevar a cabo sus funciones vitales. Es por eso que el metabolismo también varía tanto de persona a persona.
Los factores que influyen en el metabolismo incluyen:
Edad: la tasa metabólica disminuye a mayor edad; cantidad de masa muscular magra: el músculo quema más calorías que la grasa; nivel de actividad: cuanto más activo físicamente seas, más energía necesita tu cuerpo; nutrición: lo que comes puede acelerar o retrasar el metabolismo y hormonas: niveles de hormonas tiroideas, cortisol, insulina, leptina, grelina, testosterona, estrógeno y más, pueden afectar la tasa metabólica
Ciertas enfermedades como el hipotiroidismo pueden conducir a un metabolismo más lento, mientras que otros, como el hipertiroidismo y la fibrosis quística, pueden conducir a un metabolismo más rápido. Algunos medicamentos, como los antidepresivos, también pueden retrasar el metabolismo.
Aquí hay ocho formas de acelerar tu metabolismo: Ponte en movimiento: durante todo el día, todos los días
La cantidad recomendada de actividad física es de 150 minutos de actividad física de intensidad moderada cada semana. Y para tener el éxito a largo plazo, es fundamental abordar este objetivo de la manera más realista posible.
Come una dieta a base de plantas
Comer una dieta en su mayoría a base de plantas no requiere que vayas a ser estrictamente vegetariano ni que renuncies a la carne. Simplemente significa priorizar alimentos a base de plantas, incluidas frutas, verduras, granos integrales y fuentes de proteínas y grasas de origen vegetal. Está bien consumir carne, lácteos y otros productos animales, pero que no representen la mayor parte de tu dieta.
Como una ventaja adicional, estos alimentos también ayudan con la saciedad, llenándonos más rápido y sintiéndonos llenos por más tiempo. Esto también hace que una dieta a base de plantas sea una gran herramienta para perder y mantener el peso.
Fortalece y conserva tus músculos
En los años 80, 90 y principios de la década de 2000, el ejercicio era casi sinónimo de cardio. Aerobics, jazzercise, caminadoras, máquinas elípticas, han sido defendidos por los entusiastas del fitness como la mejor manera de quemar calorías.
Ten en cuenta que el entrenamiento de fuerza no se limita solo a levantar pesas y no tiene que ser intimidante. También puedes hacer ejercicios de peso corporal, como bandas de resistencia, pilates, calistenia o yoga. El entrenamiento de resistencia también promueve la salud del hueso, la función cerebral y más.
Limita los alimentos procesados
Los alimentos procesados casi siempre tienen altos azúcares agregados, grasas saturadas y/o carbohidratos refinados. Estos alimentos están bien para disfrutar de vez en cuando, pero no deberían ser básicos en tu dieta porque, si bien tu cuerpo puede usarlos como fuentes de energía inmediata, no ofrecen nada en términos de nutrición, ni aportan positivamente a tu metabolismo. Una dieta alta en alimentos procesados puede conducirte a todo tipo de problemas en el futuro.
Omite las dietas bajas en calorías
Cuando se trata de un metabolismo óptimo, consumir regularmente más alimentos de los que tu cuerpo necesita es sin duda un problema. Pero la dieta de choque también puede conducir a problemas con el metabolismo.
Con el tiempo, esto podría incluso dar como resultado que tu cuerpo aproveche las fuentes de energía de último recurso, como el músculo, el hueso e incluso el tejido cerebral. Esto agrava aún más el problema.
Da prioridad al sueño
El sueño ayuda a reducir los niveles de insulina, y los niveles de insulina bien equilibrados promueven un metabolismo óptimo. El mal sueño también puede afectar la cantidad de energía que tienes para hacer las cosas que promueven un metabolismo saludable, como hacer ejercicio y cocinar una nutritiva cena. Como resultado, tal vez no solamente te saltes tu entrenamiento, sino que comas comida rápida para la cena y elijas bebidas azucaradas, siendo que esto puede desencadenar un metabolismo más lento si permites que se convierta en un hábito con el tiempo.
Toma mucha agua
Es posible que ya sepas que mantener una hidratación adecuada ayuda a tu cerebro, corazón y sistema digestivo a funcionar de manera óptima. Debes agregar un metabolismo saludable a esa lista también. Parte de la razón de esto, es que el músculo se vuelve metabólicamente menos activo cuando estás deshidratado. Además, la lipólisis (quema de grasa) baja cuando la ingesta de líquidos disminuye. El agua simple puede ayudar a reducir el apetito y evitar comer en exceso, ya que la deshidratación y las señales de sed a menudo se confunden con señales de hambre.