- La colección más importante de piezas de inspiración extraterrestre de Latinoamérica.
Por: Marciano Dovalina
Fotos: Mario Morales
En un lugar del universo, (en la ciudad de México) se encuentra unas de las colecciones más importantes de piezas de inspiración extraterrestre a nivel mundial. ALISTEA
Alistea es un oasis de imaginación, donde cada pieza es un fragmento de lo infinito, un eco de inspiración extraterrestre que se materializa en formas que desafían nuestra comprensión. Aquí, modernas esculturas conviven con reliquias milenarias, creando un diálogo intemporal entre el pasado y el futuro. Cabezas esculpidas con una precisión sobrenatural, naves que parecen listas para surcar los cielos estelares, y un sinfín de objetos que desbordan creatividad y misterio.
Cada artesanía de Alistea es un testimonio de la fascinación humana por lo desconocido, una muestra de cómo el arte puede trascender la barrera de lo terrenal para alcanzar lo celestial. Las piezas, algunas que al parecer tienen más de mil años de antigüedad, son guardianes de historias antiguas, narrativas que se entrelazan con las estrellas y nos invitan a contemplar nuestra existencia desde una perspectiva más amplia.
Al entrar nos encontramos con Muru, el guardián de este tesoro, es tanto parte de la colección como las obras que resguarda. Él es el hilo conductor que une cada pieza, un narrador silencioso que ve más allá de la superficie, comprendiendo la esencia extraterrestre que anima a cada creación. Su presencia añade un aura de misterio y sabiduría a Alistea, haciendo de este lugar no solo un espacio de exhibición, sino un templo de conocimiento y exploración.
Y no podíamos dejar pasar el recibimiento de Mario Higuera, director de Alistea, guardián de secretos celestiales y sanador de almas terrenales, Mario se mueve entre figuras, formas y tallados que susurran historias de otros mundos, cada pieza un peldaño entre lo humano y lo infinito.
Tesoros ocultos
Con manos de artista y corazón de explorado, Mario teje la esencia del cosmos en el tejido de lo cotidiano. A través de su guía en Alistea, ha creado un espacio donde el misterio y la ciencia se encuentran, permitiendo a personas de todo el mundo (literal) acercarse más a los secretos del universo.
En un comienzo inadvertido, en 2013, la aventura de coleccionar comenzó a tomar forma. Un año antes, el eco de un grupo de amigos resonó con la promesa de tesoros ocultos: piezas que impresionaban y cautivaban. La invitación llegó disfrazada de proyecto literario, un libro de las reliquias que cada sábado eran fotografiadas por Mario, cambiaban de manos, diez a la vez, en un ciclo de dar y recibir que no buscaba más recompensa que el deleite táctil de lo antiguo. Sin embargo, la luz de la ética se oscureció cuando Mario descubrió prácticas deshonestas: piezas modernas vendidas como reliquias antiguas a precios exorbitantes.
Sin ira, eligió la retirada silenciosa, desvaneciéndose de aquel círculo. Meses más tarde, la curiosidad de un amigo lo atrajo hacia un nuevo misterio: figuritas alienígenas de jade, encerradas en una vitrina desvencijada, pequeñas piezas de un cosmos desconocido que decidieron empezar una nueva colección. La pasión se avivó y lo que empezó con dos pequeñas piezas de jade se convirtió en un cúmulo creciente que alcanzó las ciento cincuenta, marcando su transformación en coleccionista. Este nuevo título se llevaba con la alegría de un niño mostrando sus juguetes al final de cada terapia, compartiendo su tesoro desde una caja de madera que parecía guardar secretos de otros mundos.
La serendipia de un encuentro en Ojuelos, Jalisco, con Leo Bardo Peña, tejió otro capítulo en su historia. De espectador a protagonista, Mario pasó a ser el centro de entrevistas que difundían su singular dedicación, solidificando su rol en el fascinante juego de la colección. Así es como en la sala de su casa, impulsado por su esposa, en julio del 2018, Alistea abre sus puertas a los investigadores, curiosos y entusiastas del fenómeno ovni.
“Y justamente fue en 2018, cuando, soné ese nombre de Alistea, la cuestión es que, bueno, la que me impulso fue mi esposa, ella es la que me dijo un día, ya deja de hacerte tonto, vende la sala, regálala, tírala, haz lo que quieras y pon tu museo allí. Primero, fue un gusto, como un hobby, después se convirtió en un sueño y de pronto se convirtió en un proyecto”
En la actualidad, Alistea cuenta con más de 350 piezas, entre artesanía moderna, artesanía antigua y artesanía de la cual aún se desconoce su procedencia y antigüedad. Una de las piezas más importantes y representativas, en el ombligo del museo, se encuentra un códice (al parecer maya, con cerca de 900 años de antigüedad en el que se cuenta una historia de la interacción de guerreros precolombinos, resguardando las pirámides, y seres no humanos, de piel verde, tocados reales viajando en platillos voladores.
“Aquí tenemos una pieza de las más intrigantes e interesantes de la colección, es un códice que mide dos metros cuarenta centímetros de largo, el tema aquí es que hay representados seres humanos, en naves, también seres verdes “no humanos” en naves, hay muchísima escritura, en apariencia es Maya, y al parecer está narrando una historia”
Fascinado por la historia dentro del códice, que nos narraba Mario, también había un gran interés de conocer la historia fuera del códice y del cómo había llegado a sus manos.
“Uno de los recolectores que venia a traerme piezas, llego un día con esta pieza y me cuenta una historia, hace 30 años un señor de Mezcal, en Guerrero, encontró este códice en una cueva, se lo llevo a su casa y lo dejo votado, 20 años después el señor muere y la viuda empieza a sacar cosas y se lo encuentra, pensó que era cualquier cosa, lo iba a tirar, pero vio la esquina donde esta el alíen en la pirámide, y cuando vio el alíen, se lo ocurrió decirle al muchacho que me vende piezas, porque lo conoce, tu crees que esto alguien te lo pueda comprar y el chavo vino y me conto la historia y yo veía la pieza y decía, bueno, obviamente es una artesanía moderna, pero me toco el corazón la historia de la viuda y dije bueno si lo compro, voy ayudar a una señora que seguramente ya es grande y que vive en un pueblito, pues la voy a ayudar y así fue como la compre”
Y la historia continua…
“Un día subí la foto del códice a instagram, yo lo compre como una artesanía, dije, esta chistoso, subo la foto y me escribe Oleg Elistratov, es un ruso que vive en los Ángeles, y me pregunto que era eso y le dije es un fragmento de un códice que tengo, le mande más fotos del códice, y me dijo, quiero estudiarlo y me negué, le dije que no, porque era una artesanía, que no perdiera su dinero ni su tiempo, me negué un par de veces, hasta que me escribe y me dice conocí ayer en un congreso a Nassim Haramein, le enseñe las fotos de tu códice y quiere estudiarlo, y yo dije, bueno que lo estudie, yo ya tengo los textos donde yo afirmo que es una artesanía, así es que cuando salga que es una artesanía no vayan a decir: miren Mario Higuera quiere engañar a la gente, les voy a decir, no, no, yo te dije que es una artesanía tu quisiste gastar tu dinero en esto y pues resulto que tiene 900 años en promedio”
Así como el códice, Alistea nos envuelve en un sin número de piezas e historias, que quieren ser escuchadas y descubiertas.
Alistea ha sido visitada por más de 31 países, desde, hombres, mujeres, Jóvenes, adultos, adultos mayores, actores, cineastas, ufólogos, investigadores, cantantes, periodistas, científicos, médicos, empresarios, turistas, contactados, locutores, pintores, artistas plásticos, amigos, familia y … ¿niños?
“Te voy a decir algo muy bello, yo he recibido aquí, varias veces niños, en grupitos de hasta 8 niños, de entre 8 y 13 años, son las visitas más divertidas que tengo, son preguntones, opinan, me señalan cosas que yo no había visto, y dices ¿qué? Yo no había visto eso, a ver enséñame y los niños te enseñan tanto y cuando te preguntan te enseñan con sus preguntas”
Alistea, santuario de la curiosidad eterna
Alistea se erige como un santuario de la curiosidad eterna, un templo dedicado al incesante deseo de conocimiento que caracteriza al alma humana. En este lugar mágico, anclado en el corazón de México, cada objeto y cada pieza de arte es un portal que nos invita a trascender los límites del mundo físico, permitiendo que nuestros espíritus y mentes se embarquen en expediciones audaces más allá de las estrellas.
Aquí, entre las sombras que danzan en las paredes y los ecos de los pasos de aquellos que han buscado antes el conocimiento, Alistea ofrece un recordatorio conmovedor y constante: aunque nuestros pies estén firmemente plantados sobre el suelo terrenal, nuestra capacidad para soñar y explorar es infinita. El arte, en sus múltiples formas, se convierte no solo en un vehículo para la imaginación, sino en un puente que conecta lo tangible con lo etéreo, llevándonos en un viaje épico a través del tiempo y el espacio. En cada esquina de Alistea, en cada vitrina y exposición, se despliegan historias de civilizaciones modernas y antiguas, de culturas que, aunque desaparecidas, siguen vivas en las piezas que nos legaron.
Estas reliquias, cuidadosamente preservadas, son testigos silenciosos de eras pasadas, narradores mudos que nos hablan a través de la textura de sus materiales y la intrincada belleza de sus formas. Este rincón del universo, este pequeño pero vasto espacio en México nos desafía a considerar nuestro lugar en la historia del mundo y en el lienzo más grande de la galaxia. Alistea nos enseña que, a través del arte y la exploración, podemos tocar las estrellas con nuestras manos, y sentir el pulso vibrante de la conexión entre el pasado, el presente y el infinito.
Así, cada visita a Alistea, es un viaje que enriquece el alma, expande la mente y eleva el espíritu, ofreciéndonos una nueva perspectiva de nuestro mundo y más allá. En Alistea, aprendemos que el arte no es solo contemplación; es una invitación a viajar a través de las épocas y a soñar con futuros distantes, recordando siempre que nuestra curiosidad es el motor de nuestra existencia eterna.
Al terminar el recorrido y a punto de despedirnos de Mario, fuimos sorprendidos por un espectacular regalo, en un acto de amistad, bondad y reciprocidad, a las faldas de la puerta de salida, se me hace la entrega de una replica fiel, de las famosas “Momias de Nasca” encontradas en Perú en el 2017 y mostradas por Maussan el 12 de septiembre del 2023 en el Congreso de la Unión, misma que se exhibirá en El Coffe UAP con Marciano Dovalina y en el UAP FILM Festival, primer festival de cine extraterrestre en México, que se llevará a cabo el 17,18 y 19 de octubre en los CINEMAS WTC en la Ciudad de México.
¡Gracias Mario!