Una alta concentración de antioxidantes y un bajo índice glucémico identifican a este fruto de temporada.
Agencias.-
Las cerezas son uno de esos frutos típicos del verano que no siempre nos vienen a la mente en primera instancia, sobre todo porque hasta hace no mucho tiempo la única forma que teníamos de consumirlo era en conserva.
Sin embargo, el desarrollo tecnológico ha permitido que puedan viajar desde los lugares donde se cosechan, en los estados del noroeste de la Unión Americana, hasta nuestras mesas en muy poco tiempo.
“Nuestra generación las conoce más en conservas, porque la cadena de frío en México no estaba tan desarrollada como para poder manejar fruta fresca, como las cerezas, que sí requieren estar en refrigeración.
“Hoy en día tenemos una cadena de frío en México que nos permite que se cosechen en el noreste de Estados Unidos, a mediodía ya están en un contenedor refrigerado, camino a México, están en la frontera día y medio después y a los cuatro días ya las tenemos en la Central de Abastos”, explica Juan Carlos Moreira, representante de los agricultores de cerezas del noroeste de Estados Unidos.
Mucha nutrición en un empaque pequeño
El aporte nutricional de las cerezas contrasta con su pequeño tamaño. Una porción de esta fruta, aproximadamente 20 piezas, contiene el 18 por ciento del requerimiento diario de vitamina C, el 5 por ciento de manganeso y solo 92 calorías.
“Las cerezas, así como las ves de chiquitas, ese color rojo intenso que tienen es por los pigmentos naturales, que van desde el rojo hasta el negro, y en esta gama de colores encontramos antioxidantes y antiinflamatorios naturales, así como melatoninas y anticianinas”, detalla Moreira.
De acuerdo con un estudio de la Universidad de California en Los Ángeles, el consumo de cerezas está relacionado con una mejor recuperación celular, lo que permitió a un grupo de 27 corredores de fondo concluir un medio maratón en un tiempo 13 por ciento menor.
A ello se suman los antioxidantes que, según los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos, pueden detener el estrés oxidativo, retrasar los signos del envejecimiento y ayudar a mantener la salud del corazón.
¿Cómo elegir las cerezas?
Al tratarse de una fruta que recorre un largo camino desde el sitio donde se producen hasta nuestras mesas, elegir las cerezas que conservan una buena condición de consumo es clave para disfrutarlas más.
“Si la tomo entre mis dedos y la siento un poquito, voy a ver que está turgente, que está firme la pulpa y a medida que pasa el tiempo se va deshidratando un poco. Una cereza que mantuvo la cadena de frío va a durar solamente 30 días, de menos 2 a 0 grados centígrados.
“Cada hora que pasa a 20 grados centígrados, equivale a un día de refrigeración, en 24 horas se me pueden venir abajo. Entonces, mi recomendación es mételas al refrigerador. Llego a mi casa, las meto al refrigerador. Salí del metro, compré unas cerezas, llego a la oficina, las meto al refrigerador de la oficina”, argumenta.
Si quieres prolongar la vida de tus cerezas más allá del fin de la temporada, que este año terminará a principios de agosto, puedes emplearlas para hacer mermeladas, compotas e incluso jugos frescos.
