-Cuerpos encontrados en las excavaciones fueron sometidos a tomografías axiales computarizadas, arrojando sorprendentes detalles
AGENCIAS
Los habitantes de la Pompeya de hace dos mil años, los que perecieron por la destrucción que causó la erupción del Vesubio en el 79 d.C, tenían dientes perfectos, fruto de una alimentación sana, aunque huesos débiles, debido al exceso de flúor en las aguas de los manantiales de los que bebían.
Estos son los primeros sorprendentes detalles comunicados ayer de una investigación sin precedentes, después de que se hayan sometido a tomografías axiales computarizadas (TAC) cerca una treintena de los cuerpos encontrados en las excavaciones de Pompeya y que quedaron conservados en los moldes de yeso con los que fueron tratados.
El proyecto comenzó el pasado agosto, en el marco de la restauración de algunos de los llamados “calcos de Pompeya”, pero sobre 30 de ellos se concentrarán arqueólogos, antropólogos, radiólogos, odontólogos e ingenieros expertos en los escáner.
Las tomografías se realizan a los moldes de yeso que aprisionan los restos de los habitantes de Pompeya que murieron por la erupción del Vesubio y con su resultado se pueden conocer detalles de su vida, costumbres, ocupación o su clase social.
Los primeros resultados de estos exámenes, que fueron comunicados en una rueda de prensa, han determinado que la mayoría de los habitantes de Pompeya tenían dientes sanos, gracias a una alimentación sana, con pocos azúcares, aunque en algunas de las dentaduras se pueden observar imperfecciones que indican que el pompeyano utilizaba los dientes para romper o cortar.