DE LA REDACCIÓN
¿Quién fue Carlos Muñana? Esta interrogante elaborada hace 96 años por Fernando Ramírez de Aguilar, conocido por su seudónimo de Jacobo Dalevuelta, cobra actualidad este año. La historia del arte y del periodismo en México le deben a Muñana un estudio que dé cuenta de su tarea informativa y de las búsquedas estéticas de este pionero de la prensa gráfica. Más que un fotógrafo de prensa que cumplía con órdenes de trabajo previamente asignadas, Muñana gustaba de experimentar con figuras y siluetas a contraluz.
Carlos Muñana nació en Guadalajara, donde se formó como fotógrafo. Llegó a la Ciudad de México en 1909 y trabajó como redactor gráfico para El Heraldo y para El Imparcial, ambos diarios fundados por el editor Rafael Reyes Spíndola. Posteriormente formó parte de EL UNIVERSAL y de El Universal Ilustrado. Asimismo, de acuerdo con la investigadora Marion Gautreau, Muñana colaboró ampliamente para la revista La Ilustración Semanal (1913-1915) donde publicó distintos retratos.
Una faceta desconocida de Carlos Muñana es su labor como docente. En este sentido, como se ha dicho en las páginas de la revista Alquimia, el colaborador de El Universal Ilustrado trabajó en la Escuela de Artes Gráficas José María Chávez, donde fue mentor de Agustín Jiménez, uno de los grandes fotógrafos de la vanguardia en México.
Al revisar los primeros números de El Universal Ilustrado es posible apreciar distintos estudios fotográficos realizados por Carlos Muñana así como imágenes de eventos que formaron parte de la cobertura periodística de este profesional de la lente. Por ejemplo, en la edición del nueve de octubre de 1919, sobresalen algunos rostros a contraluz, “siluetas de artistas”: cantantes, escritores, músicos y políticos que destacaban en la escena nacional, como fue el caso del cantante Virgilio Lazzari, del tenor Hipólito Lázaro y del compositor Manuel M. Ponce.
La puesta en página de estos retratos es singular. Los editores combinaron fotografías de formato rectangular con imágenes recortadas en círculo, sobreponiendo la esquina de algunas encima de las otras.
Otra fotografía memorable es aquella en la que destaca una mujer a contraluz que carga a un infante en su rebozo. En el primer plano de esta imagen sobresalen la silueta de la mujer y la de una gran nopalera.
Carlos Muñana fue un fotógrafo talentoso, pero además sumamente apreciado y querido. Su muerte en Nueva York fue objeto de una amplia cobertura por parte de El Gran Diario de México.