Agencias
Esto
Con la garra charrúa de por medio en el caso de Sebastián Cáceres y la enseñanza de Fernando Hierro del lado de Antonio Briseño, los dos zagueros centrales tendrán una complicada tarea el próximo sábado en una nueva edición del Clásico Nacional en la cancha del estadio Azteca. Su objetivo está claro, contener a la ofensiva del acérrimo rival en un partido en el que siempre está en juego algo más que tres puntos.
LA GARRA CHARRÚA EN COAPA
Cáceres llegó al Nido a inicios del 2020 procedente del Liverpool de Uruguay y lo hizo como una joven promesa de gran proyección una vez que por aquel entonces contaba con 20 años y la mentalidad que siempre caracteriza a los elementos uruguayos.
La trayectoria del charrúa fue de menos a más en las Águilas, comenzó su andar con el “Piojo” Herrera, pero una lesión de meniscos en la rodilla lo apartó prácticamente de su primer torneo. Una vez recuperado de a poco se afianzó en el once inicial a partir del Apertura 2020.
El sudamericano mantuvo su puesto en la etapa de Santiago Solari y de Fernando Ortiz, además de que sostiene su lugar con el arribo del brasileño André Jardine. Contrario a lo que se podría pensar, en su estancia en el futbol mexicano el uruguayo apenas ha recibido una tarjeta roja y hasta eso no fue de manera directa, su expulsión ocurrió por una doble amonestación hace prácticamente dos años en un duelo ante Toluca.
Sebastián Enzo comenzó su trayectoria como volante de recuperación y conforme pasó el tiempo se afianzó como un zaguero central de garantías y es donde se desempeña desde que viste la playera de las Águilas. Las lesiones lo han perseguido, pero se ha impuesto a ellas. Su regularidad en este Apertura 2023 se vio mermada precisamente por una fractura de nariz. El uruguayo, quien recién celebro su buen momento con convocatoria a la Celeste, de Marcelo Bielsa, tratará de detener los embates rojiblancos en el Clásico Nacional.
EL LIDERAZGO DEL POLLO BRISEÑO
Por su lado, Antonio Briseño ha sido un elemento que se ha singularizado por contar con un carácter y un liderazgo que le han permitido suplir lo que en ocasiones ha sido un bajo nivel futbolístico; sus ganas por pelear cada balón le han permitido hacerse de un puesto en el once inicial de Chivas de Guadalajara.
El “Pollo”, quien fungió como capitán en aquella selección campeona del mundo Sub 17 México 2011, en la actualidad es un elemento indiscutible en la zona baja del esquema táctico de Veljko Paunović. Podrá ser criticado o más recordado por celebrar sus barridas, pero la realidad es que hasta un histórico del americanismo como Carlos Reinoso lo ha elogiado.
“Si los futbolistas mexicanos de la selección tuvieran el profesionalismo y la entrega que tiene el Pollo (Briseño) en una cancha de futbol, México sería campeón del mundo. Pero, además, como profesional y como persona es un tipazo”, señaló el “Maestro” Reinoso hace unos días.