Agencias
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Una auténtica batalla, ingleses contra griegos, el Brighton de De Zerbi contra el AEK de Matías Almeyda, y el vértigo de la Europa League. El conjunto de Atenas se paró en terreno británico con personalidad y tiró de eficacia para llevarse un vibrante 2-3 ante una de las revelaciones de la Premier League.
Los goles prematuros ya anunciaban la que se venía. Dos conjuntos lanzados, tirados hacia adelante en busca de hacer daño. Los primeros en lograr el objetivo fueron los helénicos, en un gran cabezazo por parte de Sidibé que se coló en el ángulo apenas al minuto 11.
Para entonces, el Brighton sabía que no sería una noche sencilla y que su rival, más allá del juego, tenía la mira afinada. El equipo inglés no especuló en intenciones y se fue al frente alegremente. De tanto llegar, una falta dentro del área le permitió a Joao Pedro igualar las acciones justo a la media hora de juego.
Como es costumbre en tierras británicas, la lluvia le dio cierto drama al juego y de a poco el partido fue escribiendo su épica. El AEK no dejó de buscar el marco rival a su manera, y lo volvió a encontrar en una pelota a balón parado que Gacinovic remató entre un mar de piernas.
El mexicano Orbelín Pineda mostró destellos de su juego. Cerca estuvo el mediocampista de marcar en una ocasión al verse solo dentro del área, sin embargo, su disparo fue rechazado por la defensa. Su equipo se fue al descanso con la ventaja y la certeza, también, de que el complemento sería algo parecido a una guerra.
Era difícil pensar que el equipo de De Zerbi no se volcara al frente. En el ADN lo llevan y así responden, desbocados. El equipo encontró el empate una vez más a través de una pena máxima convertida por Joao Pedro, como si lo repetido de la fórmula anticipara el desenlace. Motivados por sus posibilidades, los de Almeyda creyeron en la fortuna. Y ya sobre el final volvieron a ponerse en ventaja, con gol de Ezequiel Ponce. El delantero contó con cierta fortuna. Al verse solo en el mano a mano y mandarla a guardar en un rebote, tras haber fallado en la primera oportunidad.