27 de Abril de 2024

Conoce a Edgar Cuenca, boxeador mexicano que superó las adversidades y debutó a los 34 años

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De Iztapalapa para el mundo, Édgar Cuenca superó sus fuertes adicciones para finalmente decidirse a vender dulces para solventar su carrera como boxeador. 

 

Agencias 

¡Ya ganó su primera pelea!.. Édgar Cuenca se ha vuelto el claro ejemplo de que cuando se quiere, se puede, tanto así que superó su fuerte adicción a las drogas y el robo para ahora ganarse la vida vendiendo dulces para solventar su carrera como boxeador profesional.

Originario de una de las alcaldías más peligrosas de la Ciudad de México: Iztapalapa, Édgar Cuenca, mejor conocido como Cariguante, habló en entrevista con el diario deportivo Récord, al que le confesó que antes de convertirse en boxeador profesional desde temprana edad se aventaba sus “tiros. Se me daba ser bravucón. De hecho, en la secundaria una vez me cantó un ‘tiro’ un chavo que decía que era albañil, entonces pues le dimos y sí, pegaba duro”, para luego, a sus 16 años, formar parte de una pandilla en la que se dedicaba a delinquir y a las drogas.

La paternidad hizo cambiar de rumbo a Édgar Cuenca

Disfrutaba ir en bolita, saber que los más grandes tenían las pistolas, pegarle “en montaña” (montón) a alguien hasta robarlo, aunque todo cambió cuando se convirtió en padre de una niña y un niño, por lo que Édgar Cuenca comenzó a trabajar vendiendo aguas en Tepito, donde comenzaron sus problemas con las drogas y a dedicarse al robo: “Me ofrecieron y accedí. No me gustó al principio, pero poco a poco te va seduciendo hasta que me volví un adicto a la mariguana”, explicó quien antes de convertirse en boxeador profesional también le entraba a las “monas”, “chochos” y el alcohol.

Pero entonces su esposa lo abandonó y se llevó a sus hijos, diciéndole: “Nunca vas a cambiar”, lo hizo que tocara fondo y motivó a reformarse, dejar los vicios y el robo y comprar unos dulces para luego venderlos en el camión: “Ya no había otra opción: O era dejar de robar y dedicarme a una vida integra o de plano ser carne de cañón”, por lo que comenzó ayudar a la gente que salía del reclusorio y se dispuso a entrenar duro para conseguir su sueño de convertirse en boxeador profesional.

Édgar Cuenca se convirtió así en boxeador

Por vía de las tarjetas y a pesar de que se le cayeron dos peleas, Édgar Cuenca se impuso al estadunidense Anthony Constantino en su debut como boxeador profesional, luego de lo cual siguió entrenando duro en un modesto gimnasio del barrio de Predio Degollado para prepararse con miras a su segundo combate frente a Daen Alexis, con ganas de extender su racha a dos victorias sin derrota en una pelea a cuatro rounds en la categoría superwelter.