Ironías del futbol, los dos futbolistas que revivieron al Cruz Azul con sus goles cerca del ocaso, fueron los que le aniquilaron en la tanda de penaltis.
Agencias.-
Camino al punto de penalti, tragó saliva un par de veces. El delantero griego Giorgos Giakoumakis sabía que tenía su primer gran examen como jugador del Cruz Azul. Lo reprobó.
El europeo estrelló el balón en el poste derecho de la portería del Mazatlán FC para consumar la eliminación de La Máquina en la Leagues Cup 2024 (2-2, 1-3 en penaltis).
No, esta vez los penaltis no fueron aliados del equipo dirigido por Martín Anselmi, que se había valido de la tanda decisiva para meterse hasta los octavos de final del certamen. Sobre el maltratado césped del Audi Field se encontró con Ricardo Gutiérrez, el joven guardameta de los sinaloenses, quien —previamente— detuvo las ejecuciones de Uriel Antuna y Willer Ditta.
Ironías del futbol, los dos futbolistas que revivieron al Cruz Azul con sus goles cerca del ocaso, fueron los que le aniquilaron en la tanda de penaltis, porque el disparo de Giakoumakis sólo tenía como premio alargar la agonía.
Eso explicó la desazón que irradió el rostro del estratega cruzazulino, quien —en poco más de seis meses— ha demostrado ser innovador y arriesgado, pero fue sometido por el experimentado Víctor Manuel Vucetich durante gran parte del encuentro. Logró empatar en la compensación. Simple espejismo.
Por eso, el ariete helénico de La Máquina tragó saliva un par de veces. Sabía que todo estaba escrito.
