Brasil tiene dos bajas, una por lesión y otra por suspensión; Alemania está completo
Marco Antonio Rodríguez es el árbitro mexicano que pitará el encuentro
AGENCIAS
Brasil
Llegó el día en que dos de los grandes candidatos desde hace algunos meses tendrán que jugar un partido de vida o muerte en lo que bien puede ser considerado una final adelantada por todos los ingredientes que tiene el cotejo entre Brasil y Alemania a disputarse en la capital del estadio de Minas Gerais.
El duelo tendrá la ausencia de uno de los hombres que se pensaban infaltables a la cita. Brasil no contará con la presencia de Neymar por la lesión que sufrió en los Cuartos de Final ante Colombia, por lo que el "motor" del ataque verdeamarela no estará y la creatividad ofensiva tendrá que venir con otro número en los dorsales, aunque es Willian el que se perfila para tomar ese rol.
La media cancha del equipo comandado por Luiz Felipe Scolari recuperará a Luiz Gustavo, quien no estuvo en la instancia anterior por acumulación de tarjetas, aunque Paulinho cumplió con una buena labor en ese sector.
El regreso del jugador del Wolfsburgo y la inclusión de Dante en el lugar del suspendido Thiago Silva, pueden ser movimientos clave tomando en cuenta que son dos jugadores que conocen a la perfección el esquema y el estilo de Alemania al haber jugado en el Bayern Munich, equipo que es la base de la actual Selección Alemana.
Del lado del cuadro teutón dirigido por Joachim Löw, las bajas no son contratiempo alguno, aunque sí las dudas que han dejado después de haber sembrado grandes expectativas al iniciar la Copa del Mundo con una goleada sobre Portugal, mismas que se apagaron tras los duelos ante Ghana, Estados Unidos y Argelia.
Alemania llega a la instancia luego de vencer a Francia en un partido que estuvo lejos de ser espectacular, pero que develó otra faceta de los europeos, pues fueron calculadores para mantener el cero en su portería y ganar con lo mínimo la estancia entre los cuatro mejores.
Curioso resultará ver apenas el segundo encuentro de dos potencias en una Copa del Mundo tras la Final de Corea-Japón 2002, más allá de lo interesante que ya representa aguardar por Mirsolav Klose y su intento por romper la marca de 15 goles en Mundiales que comparte con el brasileño Ronaldo.