Del Ángel Rosas, preocupado por la devastación a causa de la tala de árboles de cedro, chijol, hule, mangos y plantas de vainilla, entre otros, acudió a los medios de comunicación para dar a conocer el problema y que la Secretaría del Medio Ambiente intervenga.
El quejoso señaló por escrito que desde hace varios años, dicho terreno está escriturado a nombre de su padre, Nicodemo del Ángel Pérez, y él como hijo mayor y con poder notarial lo representa ante las instituciones.
Pero dicho ejido ostenta una resolución presidencial, en el juicio agrario 600/94, por la que les fue otorgada la posesión en el año 2004, teniendo él las escrituras de la propiedad de 24 hectáreas, y aun cuando interpuso un recurso de amparo, le fue negado rotundamente, motivo por el cual se considera dueño, ya que el Gobierno no lo ha indemnizado.
Agregó que el problema mayor es la tala, ya que en esa área se encuentran árboles de maderas preciosas, los cuales están cortando, dañando a dos mil habitantes del poblado de Ojital, donde el agua está escasa en los mantos acuíferos.
Finalmente agregó que está muy preocupado por la situación, ya que de estas acciones son responsables el comisariado ejidal y consejero de vigilancia, al permitir la devastación del lugar, que sus antepasados de más de tres generaciones habían conservado para beneficio del pueblo.
