- Por agresiones y amenazas a una familia procedente de la ciudad de México
Agencias
Xalapa
Una familia procedente de la Ciudad de México escogió las playas de Tecolutla para disfrutar de unas vacaciones en verano que se convirtieron en una noche de terror por la privación ilegal de la libertad, agresiones y amenazas de desaparecerlos, proferidas por elementos de la policía municipal y la propietaria de un hotel.
La madre Norma Pineda y el padre Christian Ricardo Segura solicitaron el apoyo de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) por las agresiones y amenazas que sufrieron y la recomendación fue acudir a interponer la denuncia ante la fiscalía general del Estado (FGE).
Acudieron a la fiscalía regional de Papantla – ubicada a 40 minutos del municipio de Tecolutla- y ahí los hechos quedaron asentados en la investigación ministerial PPT/DVIII/F6/687/2023.
Norma Pineda refiere que desde hace una semana no pueden dormir a causa de las amenazas que sufrieron y tienen miedo a enfrentar represalias, luego de que los policías municipales acataran la orden de la dueña del hotel Gil-Mar de “Chíngatelos”.
Los hechos ocurrieron el pasado fin de semana, el sábado 15 de julio cuando Norma, su esposo Christian Ricardo, su cuñado Ángel Salinas, su hija, y otros menores de edad se hospedaron en Gil Mar, pero por una diferencia en los términos del servicio de hospedaje que ofrece el hotel, en la noche comenzó una discusión con la dueña.
La mujer llamó a la policía municipal, y de inmediato arribaron cinco elementos entre ellos una mujer que no portaba uniforme, además de que no se identificaron.
Norma acordó con la dueña del hotel desocupar las habitaciones, pero a cambio devolviera el monto del hospedaje que ya no ocuparían en los siguientes días, sin embargo, la propietaria se negó y comenzó las agresiones.
Para supuestamente hay que aclarar que no se habían presentado agresiones, Norma y su familia fueron llevados a una oficina, y ahí la dueña del hotel y los policías los encerraron con llave en la puerta y desconectaron la luz, privándolos por minutos de la libertad.
Los policías dijeron a Norma que fueran a la Comandancia a arreglar el problema con la dueña, pero la querían esposar y subirla a la patrulla con el uso de la fuerza, por lo que los menores de edad comenzaron a grabar con las cámaras de celulares.