* Tras las celebraciones decembrinas, todo vuelve a la normalidad
REDACCIÓN
NARANJOS
Después de las consabidas fiestas decembrinos de Navidad y Año Nuevo, poco a poco la población retorna a la normalidad; los comercios, que se vieron rebosantes de clientes, comienzan a lucir vacíos y por las calles pueden ya circular los vehículos sin embotellamientos ni tantos problemas para estacionarse.
La derrama económica generada por el pago de aguinaldos y la marcada afluencia de visitantes en torno a las festividades durante las dos últimas semanas de diciembre fue considerable y muchos comerciantes aprovecharon para darse un respiro, después de la agobiante pandemia en su peor momento.
Ahora sólo resta esperar que el engranaje agarre su ritmo habitual, lo que ha comenzado a ocurrir a partir de este lunes, conforme los paseantes van retornando a sus lugares de origen, tras disfrutar de unas felices vacaciones en la región de la Sierra de Otontepec y la Laguna de Tamiahua.
