2 de Octubre de 2024

Subsiste carnaval tének

* El frío no impidió que se efectuaran los rituales de agradecimiento a la Madre Tierra

REDACCIÓN

CHONTLA

Con un clima promedio de 14 grados Celsius se desarrolló durante sábado y domingo el carnaval tének en la comunidad de San Francisco, iniciando con un ritual nocturno en el que se llevó a cabo el entierro de seis “bolim” (una especie de zacahuil), para su cocimiento en leña, que fueron desenterrados en la mañana y repartidos por la tarde entre moradores y visitantes.

La ceremonia inaugural se desarrolló este domingo poco después del mediodía con la presencia del alcalde Néstor Enrique Sosa Peña; la síndica Estefanía Arlette Trinidad Chávez y la regidora Martha Yuliana Mar Avilés, quienes apoyaron la realización de la tradicional festividad, a través de la Dirección de Pueblos Indígenas, a cargo del promotor cultural Luis Antonio Neri Domínguez, que desde hace varios años participa en la organización.

Fue notoria la asistencia de grupos de danzas autóctonas de diversas partes de la región, acompañados de sus respectivos músicos, como Los Comanches de Tancolol y de Arranca Estacas, al igual que las dos agrupaciones de Mecos de la localidad anfitriona, que como cada año ejecutaron sus bailes típicos en el foro exprofeso instalado frente a la escuela primaria, en agradecimiento a las bondades de la Madre Tierra.

Las bajas temperaturas y la pertinaz lluvia impidieron que los danzantes recorrieran las calles del pueblo como se acostumbra e incluso el número de participantes disminuyó esta ocasión, debido a que Los Mecos bailan con medio cuerpo desnudo, cubierto únicamente con lodo, como lo señaló Abad del Ángel Domínguez, quien a sus 63 años tiene más de 20 tomando parte en la celebración.

Tras la actuación de los danzantes, se desarrolló el ritual de continuidad, consistente en enlodar y pintar a un niño de reciente ingreso para garantizar que el carnaval siga subsistiendo, y enseguida el presidente municipal fue también cubierto de lodo y recibió La Vara del Meco, así como el collar Arete de Lagartija, para después ser levantado en hombros por los danzantes.