* Inició labores en 1934 y aún continúa brindando educación a niños naranjenses
REDACCIÓN
NARANJOS
En la calle Tabasco del sector Campo de Empleados se ubica la Escuela Primaria Artículo 123 (“El Águila”) “Ing. Antonio Manuel Amor”, que oficialmente inició labores el 1 de agosto de 1934, fungiendo como directora la maestra Nachita Obando, que por 90 pesos mensuales debía atender los tres primeros grados de aquel plantel rural con 21 alumnos en primer grado, 15 en segundo y ocho en tercer grado, indica la promotora cultural María Guadalupe Hernández Rivera.
Relata que, en aquellos años, Naranjos era una congregación cosmopolita de 2 mil 758 habitantes, a la que habían llegado muchas personas de diversas latitudes (algunas con sus familias) a trabajar en la industria del petróleo, por lo que la Compañía Mexicana de Petróleo El Águila se comprometió a construir un local adecuado para la escuela, con la condición de que solamente se les daría atención a los hijos de trabajadores petroleros de planta y transitorios.
Para 1936 (dos años antes de la expropiación petrolera), aumentó el personal con la llegada del profesor Norberto Bautista, quien se hizo cargo de la dirección del plantel, y así sucesivamente se sumaron alumnos y maestros, hasta que se convirtió en la escuela más grande del municipio, con 20 salones para 40 grupos, dos talleres, una biblioteca, canchas y patios de recreo, destaca la exdirectora de Casa de Cultura Naranjos y Casa de Cultura Poza Rica, agrega Hernández Rivera.
Cuenta que, tras la expropiación, el plantel pasó a ser de Petróleos Mexicanos, por lo que el director en turno, y posteriormente todo el personal, tenía derecho a recibir atención médica en la clínica de Pemex y casa en el Campo de Empleados, como ocurría en prácticamente todos los demás campos petroleros de la zona: Ciudad Madero, Ébano, San Diego la Mar, Cerro Azul, Tierra Blanca, Álamo, Tuxpan y Poza Rica.
“Muchos soles han pasado y nuestra escuela Artículo 123 alberga en su interior las risas, la alegría y juegos de los niños que por ahí pasaron, así como la presencia en la memoria colectiva de los maestros, administrativos, intendentes y directivos que han hecho posible que esta escuela haya funcionado y continué latente y vigente”, puntualiza la historiadora, con base en el libro “Nuestra Historia”, del hoy finado David Lara Sosa.
