Uno de los principales inconformes con esta situación es Gregorio Ríos, dueño del predio que resulta más contaminado, quien señaló que en pláticas con funcionarios de la empresa ellos se comprometieron a edificar el vado ya señalado, por lo que enseguida arribaron unidades con materiales que luego los mismos obreros recogieron, por lo que nunca se concretó el compromiso.
Ante ello, los habitantes del poblado manifestaron su enojo, aseverando que de no ser escuchados por Petróleos Mexicanos estarían dispuestos a tomar la antigua carretera a Tampico, mejor conocida como “Brecha Huasteca”, para presionar a quien o quienes correspondan a dar trámite a lo solicitado y a la resolución del problema que les aqueja.