* Gran número de fieles viven una de las tradiciones más arraigadas del Naranjos rural
REDACCIÓN
NARANJOS
Una de las celebraciones más arraigadas del Naranjos rural se vivió en Soledad Chiquita, localidad cuyos habitantes, en su gran mayoría, viven de separar los desechos del botadero público, que se localiza junto al poblado, un trabajo crucial debido a que no existe en el municipio un sistema de separación de la basura que los camiones recolectan.
La festividad se realiza en honor a Nuestra Señora del Refugio e incluye una procesión por las calles del pueblo, en la que toman parte habitantes del lugar y fieles provenientes de comunidades cercanas, precedida por una misa en la capilla, que cada año luce pletórica ante la devoción que muchos católicos le profesan a la virgen.
De manera amena, el párroco Humberto Arce Santiago se dirigió a la feligresía y agradeció a los residentes de las poblaciones aledañas por su asistencia en esta fecha, para después invitar a los asistentes a efectuar el recorrido, que esta vez fue acompañado por la banda de viento “La Alegría”, para finalizar con un convivio en el que se sirvió un delicioso platillo.
Con ese tipo de actividades religiosas, recreativas y sociales se preservan las costumbres y tradiciones populares de la región, las cuales son practicadas también por las nuevas generaciones, lo que representa una forma de difundirlas para que no se pierdan y continúen vigentes entre la población, como parte de la identidad de los naranjenses.