-Celebración propia de pueblos rurales en la Huasteca
Por MARIO HERRERA ROCHA
Continúa una etapa más de la celebración de Día de Muertos en las poblaciones rurales de la Huasteca: el “Ochavario”, que no precisamente se realiza ocho días después, como su nombre lo indica, pues en cada localidad sus organizadores eligen fechas que no coincidan con otras, como es el caso de Zacamixtle y Tancoco, donde se efectúan con una semana de diferencia.
Los “ochavarios” toman especial relevancia, al grado tal que lucen con mayor colorido y reúnen más gente que el propio festejo de los difuntos, los días 1 y 2 de noviembre, en comunidades de diferentes municipios de la zona como Tancoco, Tamalín, Chinampa de Gorostiza, Tantima, Citlaltépec, Chontla, Ixcatepec y Naranjos-Amatlán.
En el caso de Naranjos, destacan los de las poblaciones de Galeana y Amatlán, donde, como marca la tradición, prácticamente todo el pueblo se dirige a los cementerios, en los que se ofrendan alimentos a los fallecidos, se convive y al final los vivos son los que degustan los platillos como mole, adobo o tamales, el pan, la conservas, el aguardiente y todo lo demás.
Como sucede el Día de Todos Santos en los panteones de las ciudades, en los poblados rústicos es en este momento cuando se vive la fiesta grande, con grupos de danzantes, huapangueros y hasta norteños recorriendo las tumbas, cohetes surcando el cielo y decenas de puestos instalados en las inmediaciones, con venta de flores y otros productos.
El domingo 15 tuvo lugar el “Ochavario” en Amatlán y el sábado 21 se escenificará en Galeana, donde se contará con la participación de grupos de danzantes tanto de éste como de otros municipios vecinos, tal como lo manifestó Germán Cruz del Ángel, uno de los organizadores de la festividad, quien dijo que todo visitante será bien recibido, con la hospitalidad que caracteriza a los moradores del lugar.