-Es una tradición partirla en torno al seno familiar, vecinos o amigos
Por MARIO HERRERA ROCHA
Considerada como un producto artesanal, la rosca es elemento fundamental en el festejo del Día de Reyes, que a su vez conforma una tradición popular muy arraigada en el país que consiste en reunirse en torno a ella en el seno de la familia, en el trabajo, en la escuela o en un grupo de amigos o vecinos.
Desde hace 15 años, Paola Bautista Aguilar se dedica a expender roscas de varios tamaños, de pan tradicional y de pastel, las cuales son muy solicitadas en estas fechas. “Este año mi esposo las comenzó a elaborar desde el domingo 3 y no parará antes del viernes 8, aunque cuando más se consumen es el 6 de enero, Día de Reyes”, comenta.
Dice que la confección de las roscas es un proceso que requiere su tiempo, desde la selección de los mejores ingredientes hasta su exhibición en un local que posee en la avenida Juárez, de la colonia Progreso. “Se invierten alrededor de 18 horas diarias para confeccionar unas mil 500 roscas de varios tamaños”, expresa.
Partir la Rosca de Reyes es un asunto casi obligatorio, que se efectúa en medio del suspenso y la emoción, pues el pan guarda varias figuras en forma de niños o “muñequitos”, que representan bendiciones para quienes los encuentren en su porción, así como el compromiso de organizar una “tamaliza” el 2 de febrero, Día de la Candelaria.
“Para mí es una satisfacción personal muy grande saber que cada rosca va a ser centro de atención y motivo de alegría, sonrisas y felicidad entre mucha gente, por eso las hacemos con gusto y vemos esta actividad no sólo como un negocio, sino como una misión que debemos cumplir”, afirma Paola Bautista, “La Flor de Naranjos”.