-Provenientes de pozo perforado a inicios del siglo pasado
Por MARIO HERRERA ROCHA
De un constante olor a gas proveniente de instalaciones petroleras se quejan vecinos de la colonia Mariano Escobedo, quienes aseguraron que ya expusieron la problemática al Director de Ecología del Ayuntamiento, Octavio Pacheco Vázquez, que incluso hace más de un año y medio acudió con el fin de constatarlo.
Pedro Hernández Domínguez, habitante de dicho sector, aseveró que la fuente de las emanaciones es el pozo Naranjos número Cuatro, ubicado en el interior de un predio particular en la calle 18 de Marzo, muy cerca de la Artesanos y la Niños Héroes, del cual –aseveró– no sólo emergen vapores, sino también fluidos líquidos que terminan vertiéndose en el río Tancochín, situado a escasos metros del lugar.
“Desde el puente colgante que cruza a la colonia Río Blanco pueden observarse manchas aceitosas en el agua, a pesar de que en la orilla existe una barra de contención o ‘bahía’, que trabajadores de Petróleos Mexicano colocaron hace más de dos años”, externó el entrevistado.
Señaló que además es visible un color negruzco en la tubería de cobre de los medidores de agua en las casas de los alrededores, el cual –explicó– se debe a la corrosión que el ácido sulfhídrico presente en el crudo ocasiona en el metal. “Si el cobre se ennegrece es porque el aire está contaminado, lo cual es riesgoso para los seres humanos”, enfatizó.
Un registro de recuperación y dos tubos a manera de respiraderos dan constancia del taponamiento del Pozo Naranjos número Cuatro, perforado por la Compañía “Mexican Eagle Oil Co”, entre el 13 de diciembre de 1913 y el 14 de marzo de 1914, a una profundidad de mil 920 pies y con una producción inicial de 50 mil barriles diarios.