-Comerciantes llenan las banquetas de mercancía obstruyendo el paso a peatones
Por Mario Herrera Rocha
Incontrolable está el comercio ambulante en el municipio, pues -a pesar del esfuerzo que realizan las autoridades competentes por meter orden en dicho renglón- cada vez más lugares públicos son invadidos por personas que no se concretan a instalar una pequeña vendimia, sino que despliegan grandes cantidades de producto como si estuvieran en una propiedad privada.
Tal es el caso de la calle Correo casi esquina con la avenida Justo Sierra, en la colonia Constitución, a una cuadra del Palacio Municipal, donde un vendedor de frutas y jugos se instala todos los días, llenando la banqueta de cajas con mercancía, además de estacionar su vehículo justo a un lado de la tienda Coppel Justo Sierra y dejar la superficie resbalosa por el agua que él mismo esparce.
Amén de impedir el libre tránsito peatonal, el puesto señalado genera un riesgo constante para quienes transitan por el lugar, ya que en ocasiones tienen que bajar al arroyo de circulación para librar los objetos, sin contar con el mal aspecto que imprimen a la ciudad, pues se trata de una de las áreas más concurridas de la Zona Centro, por los negocios que ahí se sitúan.
Pero ese no es el único punto donde los oferentes hacen de las suyas, pues no hay calle del primer cuadro en la que no haya oferentes colocados en las banquetas o en las arterias viales, lo mismo en la zona urbana correspondiente al municipio que en las zonas federales, ya sea a un costado de la carretera 180 o en la Zona Industrial de Pemex, donde nadie los regula.
