-Por una errónea decisión del exalcalde Julio César Gómez Obando
Por Mario Herrera Rocha
Gracias a una mala decisión para el pueblo pero benéfica para él, siendo alcalde por el Partido Acción Nacional en el periodo 2011-2013, Julio César Gómez Obando sumió al municipio en la oscuridad, endeudándolo por varios años mediante un crédito para reponer la totalidad de luminarias de las arterias viales de la cabecera y comunidades rurales.
Así, fueron “desaparecidos” los focos y colocados otros nuevos que, si bien representan un ahorro en el consumo de energía para el Ayuntamiento, no cumplen con las expectativas de la población, que gradualmente se convirtió en penumbras debido a que estos iluminan muy poco y contribuyen a la inseguridad al dar cobijo a maleantes, que de tal manera pueden asaltar y robar automóviles, negocios y casas-habitación a sus anchas.
El año pasado, durante la administración de Marciano Salazar Hernández y gracias a gestiones realizadas ante la Secretaría de Hacienda, fueron cambiadas algunas de las lámparas que adquirió Julio Gómez, incluyendo diodos emisores de luz (LED, por sus siglas en inglés) en las principales calles y avenidas como Justo Sierra y Lázaro Cárdenas, entre otras, además de puentes y bulevares, lo que regresó a la ciudad un poco de la luminosidad perdida.
Ahora, la comuna actual tiene en sus manos un gran reto: mejorar las condiciones del alumbrado público, por lo que es ese un rubro que tendrá que incluir en la Propuesta de Inversión 2018, como parte de su proyecto “para recuperar la grandeza de Naranjos”, perdida en manos de munícipes como Gómez Obando.
