4 de Octubre de 2024

Sigue ardiendo el “Dos Bocas”

-A más de un siglo de su explosión, continúa arrojando chapopote y agua hirviendo

Por Mario Herrera Rocha

Un penetrante olor a gas se percibe a varios metros a la redonda del lago de 444 metros que quedó como vestigio de la explosión del pozo “San Diego la Mar número 3”, mejor conocido como “Dos Bocas”, ocurrida el 4 de julio de 1908 entre las poblaciones de Mamey y San Jerónimo, muy cerca de la laguna de Tamiahua.

Considerado como el desastre petrolero más grande en la historia de México, el incendio afectó grandes extensiones de terrenos, costa y aguas de la albufera, dejando un área desolada al causar mortandad de ganado, animales domésticos, especies acuáticas, vegetación y manglares que aún es visible.

Los trabajos estaban a cargo de Carlos S. Ganahl, por parte de la compañía Pearson & Son LTD, responsable de que el pozo se saliera de control cuando la barrena del equipo de perforación se encontraba a 700 metros de profundidad, provocando que la tierra temblara y la tubería saliera despedida a más de 200 metros de distancia.

Cuentan algunos lugareños que sus padres aseguraban que el estruendo fue tal que se escuchó en poblados que se sitúan a varios kilómetros a la redonda y que la altura de las llamas alcanzó los 300 metros, al grado que el resplandor podía percibirse desde Tampico, a 91 kilómetros de distancia por la Brecha Huasteca.

Los habitantes del lugar aseguran que bajo el lago resultante del siniestro continúa ardiendo y prueba de ello son las grandes cantidades de chapopote y aguas azufrosas e hirvientes que emergen a la superficie, mezclándose con la arena provocando un espectáculo singular conformado por montículos de material purificado y escurrideros que desembocan en la laguna.